67P/Churyumov-Gerasimenko
Estas semanas el cometa Leonard nos está ofreciendo un maravilloso espectáculo celeste. Pero en el cielo hay siempre muchos otros cometas a la vista, aunque sólo detectables a través de telescopio. Los astrofotógrafos, Vicent Peris y Alicia Lozano, han dirigido el telescopio TURIA1 del OAO hacia el cometa Churyumov-Gerasimenko para hacerle una fotografía. La imagen nos muestra al cometa en la madrugada del 9 de diciembre en su recorrido a través de la constelación de Cáncer.
Aunque el cometa Leonard ha llegado a ser 1000 veces más brillante que el Churyumov-Gerasimenko, este último es también muy interesante por la estructura de su cola. La fotografía es una vista de muy gran campo para poder mostrar la extensión de la cola iónica del cometa. Esta cola es tan larga que los fotógrafos han tenido que hacer un mosaico de 6 paneles para poder mostrarla en toda su extensión. De esta forma, la fotografía consigue registrar una cola de 14º de longitud, algo inédito en un cometa tán débil. Proyectada de forma perpendicular a nuestra línea de visión hacia el cometa, estos 14º de longitud equivalen a una longitud de 16 millones de km.
Resolución: 1200 – 2200 – 4400 – 13200
Además de la cola iónica, este cometa nos muestra también la clásica cola de polvo y una anticola, que parece ir en sentido contrario de las otras dos colas simplemente por efecto de la perspectiva. En este artículo os dejamos una figura con las tres colas anotadas; para darnos una referencia del tamaño del cometa, se ha superpuesto además el sistema Tierra – Luna a escala.
Podéis descargar también una fotografía donde están anotadas las estrellas y las pequeñas galaxias que hay en la imagen. Os recomendamos disfrutar de las versiones de alta resolución, donde podréis viajar entre las estrellas y descubrir las miles de diminutas galaxias que se esconden entre ellas.
El cometa Churyumov-Gerasimenko es el cuerpo celeste que visitó la sonda Rosetta de la Agencia Espacial Europea. La Agencia logró un importante hito al conseguir por primera vez aterrizar una sonda sobre la superficie de un cometa. La misión comenzó en 2004 con el lanzamiento de la sonda, que llevaba con ella al pequeño Philae, un módulo de aterrizaje encargado de anclarse sobre la superficie del cometa y mandarnos toda la información posible.
La misión no se desarrolló del todo como se planeó pero fue un gran éxito en cuanto a material y datos. La trayectoria de la sonda se planificó para que pudiera alcanzar la trayectoria de un cometa, sobrevoló tres veces la Tierra y una vez Marte para obtener asistencia gravitatoria y ahorrar combustible. Entre los posibles candidatos fue el 67P/Churyumov-Gerasimenko el elegido para esta visita. El 8 de junio del 2011 y tras siete años encendida, Rosetta apagó todos sus instrumentos. Estuvo durante 957 días en hibernación hasta alcanzar el punto de la trayectoria donde se había calculado su acercamiento a la del cometa. El 20 de enero de 2014 la sonda se reactivó y encendió todos sus sistemas. En mayo del 2014 se realizó la maniobra de igualación de la velocidad orbital para después, en agosto, ponerse por fin en órbita alrededor del cometa. Tres meses después, el 12 de noviembre de 2014, el pequeño Philae fue puesto en funcionamiento para comenzar su trabajo. Diez años había durado la misión, la primera en orbitar y descender sobre un cometa activo.
Teniendo en cuenta que Philae no disponía ni de propulsión ni de sistemas de direccionamiento propios se puede imaginar el esfuerzo para colocar al pequeño módulo sobre la superficie del cometa. Rosetta realizó una serie de movimientos orbitales para ponerse en trayectoria de colisión con el cometa y a cierta distancia, exactamente a 22,5 km de su superficie, soltó a Philae para que pudiera caer y anclarse sobre él, cambiando entonces su dirección para seguir en órbita. Los sistemas de gas a chorro no funcionaron y el sistema de anclaje falló, no se desplegaron los arpones de las patas que debían haber fijado el módulo a la superficie del cometa. Eso provocó que no cayera en la posición adecuada y sus paneles solares no quedaran orientados hacia el Sol como se esperaba por lo que no pudo hacer la recarga de sus baterías de forma efectiva. Rebotó por dos veces y cayó desplazado casi 1 km de la zona que se había calculado para su aterrizaje. Cayó de lado y con sus paneles parcialmente en sombra. Esto provocó que sólo pudiera quedar activo durante dos días antes de entrar en hibernación.
A pesar de todo, la misión al completo se consideró un éxito rotundo. Rosetta acabó su cometido el 30 de septiembre de 2016 de la mejor forma posible, quedando sobre la superficie del cometa al que llevaba dos años acompañando en su viaje alrededor del sol, estuvo trabajando y enviando datos hasta el último minuto antes de su colisión, para dejarnos imágenes de alta resolución de la superficie del cometa y datos sobre la composición del gas y polvo provenientes de su interior donde se encuentra el material original que formó el sistema solar hace 4500 millones de años. Rosetta nos deparó muchas sorpresas, descubrió agua, alcohol y compuestos orgánicos precursores de la vida en el interior del cometa, pero el hallazgo más sorprendente fue el descubrimiento de oxígeno molecular de los tiempos primigenios de formación del sistema solar, congelado en pequeños granos de polvo y encerrados y bloqueados en el núcleo del cometa, algo que habría sido imposible descubrir con los telescopios terrestres. Se había detectado su presencia en lunas heladas de otros planetas de nuestro sistema solar pero no en comas cometarias, hasta ese momento. Los resultados de Rosetta se seguirán analizando aún a lo largo de las próximas décadas.
El cometa Churyumov-Gerasimenko es un objeto de forma asimétrica formado por dos lóbulos que suman 1013 kg de peso con una anchura de unos 4,1 km en su lado más largo, y además, desde entonces, un mensajero muy especial porque transporta un mensaje para civilizaciones alienígenas, pues Rosetta llevaba a bordo una placa de níquel con mensajes en 1.000 idiomas para quien nos quiera o nos pueda escuchar.