Una rosa cósmica con múltiples nombres
28/9/2015 de ESO
Esta imagen de la región de formación estelar Messier 17, en color rosa, fue captada por el instrumento Wide Field Imager, instalado en el Telescopio MPG/ESO de 2,2 metros, en el Observatorio La Silla de ESO, en Chile. Es una de las imágenes más nítidas que muestra la nebulosa completa, y no sólo revela su tamaño, sino que capta los finos detalles de todo el paisaje cósmico de las nubes de gas, polvo y estrellas recién nacidas. Crédito: ESO.
Esta nueva imagen de la región de formación estelar Messier 17, de color rosa, fue captada por el instrumento Wide Field Imager, instalado en el Telescopio MPG/ESO de 2,2 metros, en el Observatorio La Silla de ESO, en Chile. Es una de las imágenes más nítidas que muestra la nebulosa completa, y no sólo revela su tamaño, sino que capta los finos detalles de todo el paisaje cósmico de las nubes de gas, polvo y estrellas recién nacidas.
Es posible que a la nebulosa de la imagen le hayan dado más nombres a lo largo del tiempo que a ningún otro objeto de su clase. Aunque es oficialmente conocida como Messier 17, sus apodos son: la nebulosa Omega, la nebulosa del Cisne, la nebulosa de la marca de verificación (Checkmark en inglés), la nebulosa de la Herradura y — para aquellos más aficionados a los temas marinos — la nebulosa de la Langosta.
Messier 17 se encuentra a unos 5.500 años luz de la Tierra, cerca del plano de la Vía Láctea, en la constelación de Sagitario (el arquero). El objeto abarca una sección grande del cielo, sus nubes de gas y polvo miden cerca de 15 años luz de extensión. Este material sirve de combustible para el nacimiento de nuevas estrellas y el amplio campo de visión de la nueva imagen revela muchas estrellas que se encuentran tanto en el interior, como detrás o entre nosotros y Messier 17.
La nebulosa aparece como una compleja estructura roja con cierta graduación que tiende al color rosa. Su coloración es una firma del brillante gas de hidrógeno. Las estrellas azules de vida breve, formadas recientemente en Messier 17, emiten suficiente luz ultravioleta como para calentar el gas de los alrededores, que comienza a brillar de un modo intenso. En la región central los colores son más claros y algunas partes aparecen blancas. Este color blanco es real, surge como resultado de la mezcla de la luz del gas más caliente con la luz de las estrellas reflejada por el polvo.