Un oasis en el desierto de las enanas marrones
18/4/2016 de SDSS / The Astronomical Journal
Comparación “antes” y “después” en el número de enanas marrones conocidas en órbita alrededor de otras estrellas. Para cada una de las 41 compañeras cercanas enanas marrones detectadas anteriormente, el panel izquierdo muestra la distancia a su estrella. El panel derecho muestra las 112 enanas marrones descubiertas en el estudio nuevo. En ambos diagramas, el tamaño de las enanas marrones indica su masa y el círculo es la distancia a la órbita de la Tierra. El punto mayor (amarillo o rojo) del centro de cada panel, representa la estrella nodriza (no a escala). Todas las compañeras fueron descubiertas en sistemas distintos. Se muestran juntas para permitir la comparación. Crédito: SDSS.
Las enanas marrones son objetos mucho mayores que los planetas pero demasiado pequeños para brillar como estrellas. Emiten un resplandor débil mientras se van enfriando lentamente. El Universo está lleno de estrellas y ahora sabemos que está lleno de planetas también. Los astrónomos esperan que el Universo también esté rebosante de enanas marrones.
Pero, extrañamente, no es eso lo que han estado encontrando. Aunque los astrónomos han hallado multitud de enanas marrones flotando por el espacio solas, han descubierto muy pocas que sean compañeras de estrellas. Incluso en años recientes, en los que las técnicas de detección nuevas y sensibles les han permitido descubrir miles de planetas extrasolares, las enanas marrones han seguido siendo esquivas, a pesar del hecho de que deberían de ser más fáciles de descubrir que los planetas.
De hecho, hasta hace poco se habían encontrado tan pocas enanas marrones cerca de otras estrellas que los astrónomos hablaban del fenómeno como “el desierto de las enanas marrones”. Esto a su vez creó un problema para los teóricos, que trataban de explicar por qué se encontraban tan pocas. Por tanto, cuando los astrónomos del proyecto SDSS empezaron a escudriñar entre sus datos buscando enanas marrones compañeras de estrellas, esperaban que no fuera completamente en vano.
“Nos sorprendió mucho descubrir que tantas estrellas en nuestra muestra tienen compañeras enanas marrones en órbita cercana”, comenta Nick Troup de la Universidad de Virginia. “Nunca esperábamos triplicar el número total de compañeras enanas marrones con las observaciones de sólo unos pocos años”. El éxito se debe a una herramienta que no parecía útil para encontrar compañeras estelares de masa baja. El experimento Apache Point Observatory Galactic Evolution Experiment (APOGEE) fue diseñado como un estudio de estrellas de nuestra Vía Láctea para crear una mapa a gran escala de sus movimientos y composiciones químicas. Pero el instrumento construido para el proyecto APOGEE es tan sensible a los pequeños desplazamientos estelares que permite detectar compañeras en órbita alrededor de estas estrellas en los datos de APOGEE.
Los investigadores estudiaron datos de 150 000 estrellas, identificando 112 candidatas a enanas marrones, el doble de las descubiertas en los 15 años anteriores. Troup piensa que la clave del éxito se encuentra en el tipo de estrellas que están mirando.”La mayoría de la gente que realiza búsquedas de planetas está interesada en encontrar la próxima Tierra, así que han centrado sus esfuerzos en estrellas similares a nuestro Sol”, afirma Troup. “Pero nosotros tuvimos que trabajar con las estrellas que APOGEE había estudiado, que son principalmente estrellas gigantes”. Las razones por las que las enanas marrones compañeras son más habituales alrededor de estrellas gigantes es sólo una de las muchas cuestiones que han surgido a raíz de este estudio nuevo.