Reduciendo la amenaza de las baterías usadas de los satélites
14/3/2014 de ESA
Durante la vida útil de un satélite, las baterías mantienen el corazón de la nave latiendo siempre que abandona la luz solar. Pero después de que acaba su misión, las mismas baterías pueden producir una catástrofe.
Las reglas de reducción de la basura espacial exigen la desactivación completa de las fuentes de electricidad a bordo del satélite que es retirado, para evitar accidentes como explosiones que podrían producir nuevos restos peligrosos para otros satélites.
Ahora un nuevo estudio de la iniciativa Espacio Limpio de ESA – cuya misión es reducir el impacto ambiental de la industria espacial tanto en la Tierra como en el espacio – intenta evaluar el comportamiento de las baterías después de que el satélite sea apagado, valorando el riesgo de rotura y asegurando la completa ‘anulación’.
Las baterías son de los elementos más voluminosos del equipaje de un satélite. Típicamente, alimentan a su nave con electricidad durante el lanzamiento. Una vez en órbita, se pasa a electricidad producida por sus paneles solares, pero la batería es un importante sistema de seguridad para almacenar energía en caso de eclipses y emergencias.
Pero se desconoce relativamente su comportamiento después de que la misión haya finalizado. Cuando el satélite flota libremente, ¿pueden las baterías aguantar el duro ambiente en órbita, incluyendo enormes cambios de temperatura, la degradación del control térmico y de sus componentes, así como la exposición a la radiación, sin tener fugas o incendiándose?
Este estudio multidisciplinar tiene por objetivo asegurar un sistema eléctrico completamente inerte al final de la misión, quizás a través de la desconexión física, permitiendo también la prevención de una desactivación prematura accidental.