NASA completa la misión de MESSENGER con el impacto esperado contra la superficie de Mercurio
4/5/2015 de MESSENGER
La última imagen de la superficie de Mercurio enviada por la nave MESSENGER antes de chocar contra la superficie de Mercurio, recibida en la antena de la Red de Espacio Profundo de 70 m de Madrid, España. Crédito: NASA/Johns Hopkins University Applied Physics Laboratory/Carnegie Institution of Washington.
Los controladores de la misión del Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins han confirmado que la nave espacial MErcury Surface, Space ENvironment, GEochemistry, and Ranging (MESSENGER) de NASA impactó contra la superficie de Mercurio, tal como se esperaba.
MESSENGER fue lanzada el 3 de agosto de 2004 y empezó a orbitar Mercurio el 18 de marzo de 2011. La nave espacial completó sus objetivos científicos primarios en marzo de 2012. Dado que los descubrimientos iniciales de MESSENGER levantaron importantes preguntas nuevas y la nave seguía en buen estado, la misión fue extendida dos veces, permitiendo la realización de observaciones desde alturas increíblemente bajas y captar imágenes e información sobre el planeta con un detalle sin precedentes.
El pasado mes, durante una corta extensión final de la misión llamada XM2′, los investigadores se embarcaron en una campaña de vuelos bajos que permitieron a la nave operar en una estrecha banda de altitudes, entre 5 y 35 kilómetros sobre la superficie del planeta. El 28 de abril los científicos consiguieron con éxito ejecutar la última de siete maniobras de corrección (habiéndose llevado a cabo las últimas cuatro con helio después de que se agotara la hidracina líquida), lo que mantuvo a MESSENGER en el aire durante un mes más, lo suficiente para que los instrumentos de la nave espacial tomaran información crucial que podría arrojar luz sobre las anomalías magnéticas de la corteza de Mercurio y los cráteres polares llenos de hielo, entre otras formaciones.
Sin un modo de aumentar su altitud, MESSENGER ha sido finalmente incapaz de resistir a las perturbaciones en su órbita de la atracción gravitatoria del Sol, y se precipitó contra la superficie de Mercurio a una velocidad de unos 14080 km/h, creando un nuevo cráter de hasta 16 metros de ancho.