Nacen muchas menos estrellas debido a la intensa radiación de los cuásares
6/4/2016 de Johns Hopkins University / Monthly Notices of te Royal Astronomical Society
En esta ilustración de artista, el viento galáctico caliente mostrado en la parte neblinosa de la imagen emana del cuásar brillante situado en el borde de un agujero negro, dispersando el gas y el polvo. Si se les permitiese enfriarse, este polvo y gas empezarían a formar estrellas. Crédito: Johns Hopkins University Illustration.
Un equipo de investigadores, dirigido por científicos de la Universidad Johns Hopkins ha encontrado nuevas pruebas nuevas y persuasivas que podrían ayudar a resolver un misterio de la astrofísica: ¿por qué el ritmo de formación de estrellas en el Universo se frenó hace unos 11 mil millones de años?
Los científicos se han preguntado durante años por qué el ritmo de formación de estrellas en las galaxias ha descendido hasta lo que actualmente los astrónomos estiman que es 30 veces más despacio que su ritmo máximo de hace 11 mil millones de años. El sospechoso principal es el proceso de retroalimentación de los cuásares en el interior de las galaxias, donde nacen las estrella. Ahora un nuevo estudio presenta pruebas de que la radiación intensa y los vientos de escala galáctica emitidos por los cuásares (los objetos más luminosos del Universo) calientan las nubes de gas y de polvo, impidiendo que se enfríen y formen nubes más densas y, en última instancia, estrellas.
“Yo diría que se trata de la primera prueba observacional convincente de la presencia de retroalimentación de un cuásar cuando el Universo solo tenía un cuarto de su edad actual, cuando la formación cósmica de estrellas era la más intensa”, comenta Tobias Marriage. Aunque el descubrimiento no es concluyente, según Marriage, la prueba es muy fuerte y tiene entusiasmados a los científicos. “Es como encontrar una pistola humeante con huellas dactilares cerca del cadáver pero sin encontrar la bala que encaje con la pistola”.