Los motores de LISA Pathfinder probados con éxito
22/1/2016 de JPL
Esta ilustración de artista muestra la nave espacial LISA Pathfinder de ESA, lanzada el pasado 3 de diciembre de 2015 desde el puerto espacial europeo de Kourou, en la Guayan francesa. Su misión es la de probar tecnologías que un día serán utilizadas en una nave espacial cuyo objetivo será la detección de ondas gravitacionales. Crédito: ESA.
Aunque algunas tecnologías han sido creadas para mover las naves espaciales a miles de millones de kilómetros, el Sistema de Reducción de Perturbaciones tiene el objetivo contrario: mantener una nave espacial tan quieta como sea posible.
El sistema impulsor, gestionado por el Jet Propulsion Laboratory de NASA, es parte de la nave espacial LISA Pathfinder de la ESA, lanzada desde Kourou, Guayana francesa, el 3 de diciembre de 2015. LISA Pathfinder probará tecnologías que podrían permitir un día detectar ondas gravitacionales, cuyos efectos son tan minúsculos que una nave espacial tiene que permanecer extremadamente quieta para detectarlas. La observación de ondas gravitacionales supondría un enorme avance en nuestro conocimiento de la evolución del Universo.
Ahora LISA Pathfinder está de camino al punto de Lagrange L1, a 1.5 millones de kilómetros de la Tierra en dirección al Sol. L1 es un punto especial en el que una nave puede permanecer en órbita manteniendo constante su distancia a la Tierra. Este mes los científicos e ingenieros han estado comprobando los instrumentos de LISA pathfinder en el espacio, incluyendo la computadora y los motores del Sistema de Reducción de Perturbaciones.
El sistema emplea unos motores que aplican una carga eléctrica a gotas pequeñas de líquido y las aceleran a través de un campo eléctrico para controlar de forma precisa la posición de la nave espacial. Los 8 motores construidos alcanzan un empuje máximo de 30 micronewtons, el equivalente al peso de un mosquito. Este nivel de precisión es necesario para contrarrestar fuerzas pequeñas que actúan sobre la nave, como la presión de la luz solar, con el resultado de que tanto la nave espacial como los instrumentos de su interior se encuentran en un estado de caída libre casi perfecto. Una misión que detecte ondas gravitacionales necesitará este nivel de estabilidad.
LISA Pathfinder alcanzará hoy 22 de enero su órbita final, y comenzará sus operaciones científicas el 1 de marzo. Durante la primera fase de las operaciones científicas de la misión, se utilizará un sistema de propulsión diseñado por la ESA. El Sistema de Reducción de Perturbaciones de JPL le sustituirá en junio o julio, operando durando 90 días.