Los colores de un cometa
17/11/2015 de Max Planck Institute for Solar System Research
El cuello del cometa refleja la luz roja con menos eficiencia que las zonas de alrededor y por eso se ve azulado. Esta imagen muestra las distintas reflectividades de diferentes longitudes de onda en colores falsos, que exageran el efecto visual. Esta imagen ha sido preparada a partir de imágenes tomadas el 22 de agosto de 2014 con una resolución espacial de 1. metros por pixel. Crédito: ESA/Rosetta/MPS por el OSIRIS Team MPS/UPD/LAM/IAA/SSO/INTA/UPM/DASP/IDA.
A simple vista el cometa 67P/Churyumov-Gersimenko, destino y ahora ya compañero de la nave espacial Rosetta de ESA, es muy poco colorido: todo él se ve negro como un trozo de carbón. Sin embargo, con ayuda de la cámara OSIRIS, el sistema de imagen a bordo de Rosetta, los científicos pueden detectar diferencias sutiles en la reflectividad de la superficie.
Los análisis más recientes muestran que la zona del cuello entre los dos lóbulos del cometa es aparentemente más rica en agua congelada que las zonas de alrededor. Los datos de OSIRIS también demuestran que el cuerpo está cubierto por una capa porosa de granos finos y sugieren la presencia de dióxido de azufre congelado. Los productos gaseosos del dióxido de azufre han sido detectados en varias comas cometarias, incluyendo la de 67P.
Muchas de las imágenes de OSIRIS analizadas en el estudio nuevo alcanzan una resolución espacial de casi un metro por pixel. Rosetta puede, por tanto, observar diferencias en la reflectividad de la superficie con mucho más detalle que misiones cometarias anteriores. “Usando la reflectividad en diferentes longitudes de onda como criterio, hemos sido capaces de identificar tres grupos diferentes de terrenos en 67P”, resume Sonia Fornasier, de LESIA-Observatoire de Paris/Universidad de Paris Diderot. Los tres terrenos están presentes en los dos lóbulos del cometa, pero a menudo se agrupan en ciertas regiones. Estas coinciden a veces, pero no siempre, con las 25 regiones morfológicas diferentes identificadas hasta ahora en la superficie del cometa.
“Los tres grupos de terreno que hemos identificado no está correlacionados con una morfología particular que pueda exponer material del interior del núcleo”, comenta Fornasier. Por tanto, las variaciones en la reflectividad no son pruebas de una diversidad vertical en la composición del núcleo, al menos en lo que respecta a las pr¡meras decenas de metros.