Los astrónomos observan guijarros destinados a construir planetas
7/7/2015 de Royal Astronomical Society
Ilustración de artista del cinturón de ‘guijarros’ en órbita alrededor de la estrella DG Tauri. El recuadro es una imagen de cerca de una sección del cinturón. Crédito: J. Ilee. Adaptada de un trabajo original de ESO/L. Calçada/M. Kornmesser, ALMA (ESO/NAOJ/NRAO)/L. Calçada (ESO).
Un equipo de astrónomos, dirigido por investigadores de las universidades de St. Adrews y Manchester, ha anunciado el descubrimiento de un anillo de rocas que rodea una estrella muy joven. Se trata de la primera vez que han sido detectados estos “guijarros”, que se piensa que son un eslabón crucial en la construcción de los planetas.
Los planetas se cree que se forman a partir del gas y del polvo presentes en discos que rodean a las estrellas jóvenes. Con el tiempo, las partículas de polvo se pegan unas a otras hasta que forman cuerpos mayores. Al final alcanzan una masa suficiente para que la gravedad adquiera importancia y durante millones de años estas aglomeraciones chocan entre sí, creando planetas y lunas. En nuestro propio Sistema Solar este proceso tuvo lugar hace unos 4500 millones de años, siendo el planeta Júpiter el primero que se formó.
Desde la década de 1990, los astrónomos han encontrado tanto discos de gas y polvo como casi 2000 planetas completamente formados, pero las fases intermedias de formación son más complicadas de detectar. La Dra. Jane Graves y la Dra. Anita Richards emplearon la red de telescopios e-MERLIN, centrada en Jodrell Bank y que se extiende por Inglaterra, en modo de interferómetro, imitando la resolución de un solo telescopio grande. Las investigadoras emplearon el interferómetro para observar la estrella DG Tauri, una estrella relativamente joven de solo 2.5 millones de años de edad y a 450 años-luz en la constelación de Tauro. Observando en longitudes de onda de radio, descubrieron un débil resplandor característico de rocas en órbita alrededor de la estrella recién formada.
Richards comenta: “Sabíamos que DG Tauri tenía un chorro de gas caliente escapando de sus polos, una señal de las estrellas todavía en proceso de formación, así que teníamos una idea de qué buscar”. “Fue una verdadera sorpresa ver también un cinturón de guijarros con solo una fracción de los datos que esperamos adquirir. Con el incremento en un factor cuatro en el ancho de banda en el que estamos trabajando ahora esperamos conseguir imágenes parecidas para un zoo entero de otras estrellas jóvenes”.