Laboratorio estelar en Sagitario
20/9/2016 de ESO
El puñado de brillantes estrellas azules que pueden ver en la parte superior izquierda de esta inmensa fotografía de 615 megapíxeles de ESO es el laboratorio cósmico perfecto para estudiar la vida y la muerte de las estrellas. Conocido como Messier 18, este cúmulo estelar abierto contiene estrellas que se formaron juntas a partir de la misma nube masiva de gas y polvo. Esta imagen fue captada por la cámara OmegaCAM, instalada en el telescopio de rastreo VST (VLT Survey Telescope), en el Observatorio Paranal de ESO, en Chile. Crédito: ESO.
El puñado de brillantes estrellas azules que pueden ver en la parte superior izquierda de esta nueva fotografía de ESO (una inmensa imagen de 615 megapíxeles), es el laboratorio cósmico perfecto para estudiar la vida y la muerte de las estrellas. Conocido como Messier 18, este cúmulo de estrellas contiene astros que se formaron juntos a partir de la misma nube masiva de gas y polvo. Esta imagen, que también cuenta con rojas nubes de brillante hidrógeno y oscuros filamentos de polvo, fue captada por el telescopio de rastreo VST (VLT Survey Telescope), situado en el Observatorio Paranal de ESO, en Chile.
Messier 18 fue descubierto y catalogado en 1764 por Charles Messier — de ahí que se denominen Objetos Messier — durante su búsqueda de objetos parecidos a cometas. Se encuentra dentro de la Vía Láctea, aproximadamente a 4.600 años luz, en la constelación de Sagitario, y está formado por una gran número de estrellas hermanas unidas en lo que se conoce como un cúmulo abierto.
Se conocen más de 1.000 cúmulos abiertos dentro de la Vía Láctea con una amplia gama de propiedades, como tamaño y edad, que proporcionan a los astrónomos pistas sobre cómo se forman, evolucionan y mueren las estrellas. El principal atractivo de estos cúmulos es que todas sus estrellas nacen juntas a partir del mismo material.
En Messier 18, los colores azul y blanco de la población estelar indican que las estrellas del cúmulo son muy jóvenes, probablemente tienen solamente alrededor 30 millones años de edad. Ser hermanas significa que las estrellas solo serán diferentes en cuanto a su masa, y no en cuanto a la distancia que las separa de la Tierra o en lo referente a la composición del material del que se formaron. Esto hace que los cúmulos sean muy útiles a la hora de mejorar las teorías de formación y evolución estelar.