¿Venus exhuberante? ¿Tierra abrasadora? Podría haber ocurrido
8/7/2016 de Rice University / Astrobiology
La Tierra pudo haber sido un lugar inhabitable y Venus rebosar de vida, si las condiciones cuando se formaron los planetas hubieran sido un poco diferentes. Fuente: Rice University.
La idea no es tan extravagante, según una hipótesis de científicos de la Universidad de Rice y sus colaboradores. Los investigadores mantienen que cambios evolutivos menores podrían haber alterado los destinos de tanto la Tierra como de Venus en modos que los científicos pronto podrán reproducir en modelos por medio de la observación de otros sistemas solares, en particular los que están en proceso de formación, según Adrian Lenardic de la Universidad de Rice.
“Durante mucho tiempo hemos estado viviendo de manera efectiva en un experimento, nuestro Sistema Solar”, comenta Lenardic. “Si pudiéramos repetir el experimento, ¿resultaría como este sistema solar o no? Durante mucho tiempo, ésta ha sido una pregunta puramente filosófica. Ahora que estamos observando sistemas solares y otros planetas alrededor de otras estrellas, podemos preguntar esto como una cuestión científica”. “Si encontramos un planeta (en otro sistema solar) situado donde se encuentra Venus que tenga señales de vida, sabremos que lo que vemos en nuestro sistema solar no es universal”.
Lenardic y sus colaboradores sugieren que los planetas habitables pueden hallarse fuera de la llamada zona “Ricitos de Oro” de los sistemas extrasolares, y que los planetas más alejados o cercanos a sus soles que la Tierra pueden tener las condiciones necesarias para la vida. Al ampliar la noción de las zonas habitables, los investigadores determinaron que la vida en la propia Tierra no está necesariamente garantizada por hallarse en la zona “Ricitios de Oro”. Una pequeña variación en una dirección u otra en las condiciones que existieron al principio de la formación de los planetas podría haberla hecho inhabitable. Por extensión, una alteración igual de pequeña podría haber cambiado la fortuna de Venus, el vecino más cercano de la Tierra, evitando que se convirtiera en un desierto abrasador con una atmósfera venenosa para los terrícolas.
El estudio trata de imaginar, dentro de las leyes de la física, la química y la biología, cómo podrían ser las cosas en distintos planetas, no solo en aquéllos a los que tenemos acceso actualmente. Dado que tendremos más observaciones, parece que no debemos limitar nuestra imaginación que nos conduce a hipótesis alternativas”, concluye Lenardic.