IBEX descubre cambios sorprendentes en la frontera solar
1/10/2010 de NASA
Cuando NASA lanzó el Explorador de la Frontera Interestelar (Interstellar Boundary Explorer, IBEX), el 19 de octubre de 2008, los físicos espaciales aguantaron su respiración colectiva esperando imágenes nunca antes vistas de la zona de colisión que existe lejos, más allá de los planetas, a una distancia aproximada de 1600 millones de kilómetros. Allí es donde el viento solar, una fuerte corriente de partículas cargadas eléctricamente y de campos magnéticos expulsados continuamente por el Sol, se tropieza con el flujo de partículas y campos que permea el espacio interestelar en nuestra vecindad de la galaxia la Vía Láctea.
Los científicos de la misión obtuvieron su primera sorpresa seis meses después del lanzamiento, una vez que la nave espacial hubiera examinado suficientes bandas superpuestas en el cielo para crear un mapa completo de 360°. En lugar de registrar una distribución relativamente uniforme en todas direcciones, como se esperaba, IBEX descubrió que las cuentas de ENAs (átomos energéticos de hidrógeno neutro) – y, por tanto, la intensidad de la interacción con la envolvente solar – variaban dramáticamente de un lugar a otro. Los detectores descubrieron incluso un largo “lazo” acentuado por un punto especialmente intenso o “nudo”, que dibujaba un arco por el cielo.
Ahora los científicos acaban de ensamblar los datos correspondientes al segundo barrido completo por todo el cielo, e IBEX ha proporcionado un resultado inesperado: el mapa ha cambiado de forma significativa. En general, la intensidad de ENAS ha caído entre un 10 y un 15%, y el punto intenso ha disminuído y se ha dispersado a lo largo del lazo.
“Estos resultados muestran que la interacción del Sol con el medio interestelar es mucho más dinámica y variable de lo que nadie había imaginado”, comenta David McComas.