El Sol experimenta cambios estacionales
22/4/2015 de National Center for Atmospheric Research (NCAR) / Nature Communications
Varios instrumentos de NASA captaron imágenes detalladas de esta expulsión de masa de la corona del Sol el 31 de agosto de 2012. Aunque estas explosiones pueden dañar sistemas tecnológicos sensibles, ésta sólo alcanzó de refilón la atmósfera de la Tierra. Una nueva investigación ha identificado variaciones casi anuales en la actividad solar, lo que puede ayudar a los expertos a predecir mejor estas expulsiones de masa. Imagen cortesía de Goddard Space Flight Center de NASA.
El Sol sufre un tipo de variabilidad estacional, con aumento y disminución de su actividad a lo largo del curso de casi dos años, según un nuevo estudio realizado por un equipo de investigadores dirigido por el Centro Nacional de Investigación Atmosférica (NCAR). Este comportamiento afecta a los picos y valles del ciclo solar de aproximadamente 11 años, a veces amplificando y otras debilitando las tormentas solares que pueden azotar la atmósfera de la Tierra.
Las variaciones casi anuales parecen ser producidas por cambios en las bandas de potentes campos magnéticos en cada hemisferio solar. Estas bandas también ayudan a dar forma al ciclo de aproximadamente 11 años que es parte de un ciclo más largo que dura unos 22 años.
“Lo que estamos viendo aquí es un motor masivo de tormentas solares”, afirma Scott McIntosh, director del estudio. “Comprendiendo mejor cómo se forman estas bandas de actividad en el Sol y producen inestabilidades estacionales tendremos el potencial de mejorar notablemente las predicciones del tiempo meteorológico espacial”.
Las bandas que solapan son alimentadas por la rotación del interior del Sol, según las observaciones del equipo de investigadores. A medida que las bandas se mueven por los hemisferios norte y sur, la actividad alcanza un pico en el periodo de once meses y luego empieza a debilitarse. El estudio, publicado en Nature Communications, puede ayudar a conseguir mejores predicciones de las tormentas geomagnéticas masivas en la atmósfera exterior de la Tierra que a veces perturban las operaciones de los satélites, las comunicaciones, redes eléctricas y otras tecnologías.