Destino final de Herschel: ¿la Luna?
31/10/2012 de Herschel Space Observatory
A Herschel se le agotará su refrigerante de helio en algún momento durante la primera mitad de 2013, después del fin de la misión. Hay mucho debate sobre qué hacer con la nave espacial después de esto. Una sugerencia es enviar Herschel a la Luna, creando un fresco cráter de impacto y permitiendo así a los astrónomos buscar más signos de agua.
Una vez el refrigerante de helio se haya agotado, ninguno de los instrumentos de a bordo funcionará, pero la propia nave espacial aún será completamente funcional. Habrá que completar todavía algunas tareas de ingeniería, pero después de que la misión científica de la nave haya acabado. Pero no será una ruina completa: todavía estarán los ordenadores de a bordo, los propulsores, el equipo de comunicaciones y el monitor del ambiente de radiación espacial, que mide las partículas de alta energía procedentes del Sol y otros fenómenos astrofísicos.
“Cuando se agote el refrigerante, Herschel es inútil como instrumento astronómico. La nave espacial necesita ser colocada en algún lugar para la posteridad – si no quieres que venga a caernos sobre nuestras cabezas”, comenta Göran Pilbratt.
La solución prevista al principio de la misión fue encender los propulsores de Herschel para colocarlo en una órbita estable alrededor del Sol, lo que eliminaría el riesgo de que causara daños al menos durante unos cuantos cientos de años. Esto permitiría que la nave fuese recogida dentro de muchos años en el futuro. Un equipo de investigación, coordinado por Neil Bowles de Oxford University, ha propuesto una solución más permanente: colocar Herschel en rumbo de colisión hacia la Luna.