Descubren el origen de los elementos pesados del Universo
9/12/2015 de The Hebrew University of Jerusalem / Nature Physics
Ilustración de artista de dos estrellas en órbita una alrededor de la otra que evolucionan (de izquierda a derecha) hasta fundirse entre sí, produciendo una gran cantidad de elementos pesados como el plutonio-244, así como ondas gravitacionales. Crédito: NASA/CXC/GSFC/T.Strohmayer.
Un equipo de científicos de la Universidad Hebrea de Jerusalén sugiere una solución para el misterio del origen del plutonio radiactivo en la Galaxia. Todo el plutonio utilizado en la Tierra se fabrica artificialmente en reactores nucleares. Pero resulta ahora que también es producido en la naturaleza.
El plutonio es un elemento radiactivo. Su isótopo más longevo es el plutonio-244, con una vida de 120 millones de años. La detección del plutonio en la naturaleza implicaría que el elemento fue sintetizado en un fenómeno astrofísico no hace mucho tiempo (al menos a escalas galácticas de tiempo) y, por tanto, que su origen no puede estar muy lejos de nosotros.
Hace unos años se descubrió que el Sistema Solar primitivo contenía una cantidad importante de plutonio-244. Pero en los últimos 100 millones de años ha llegado muy poco plutonio-244 a la Tierra desde el espacio exterior. Los científicos de la Universidad Hebrea explican ambas observaciones sugiriendo que la fuente del plutonio-244 (así como de otros elementos raros como el oro y el uranio) se encuentra en las fusiones de estrellas binarias de neutrones. Estas fusiones son fenómenos extraordinariamente infrecuentes y se piensa que producen grandes cantidades de elementos pesados.
El modelo implica que se produjo una fusión de este tipo accidentalmente en las cercanías de nuestro Sistema Solar menos de cien millones de años antes de que naciera. Esto produjo la cantidad relativamente alta de plutonio-244 observada en el Sistema Solar primitivo. Por otro lado, la cantidad relativamente pequeña de plutonio-244 que llega a la Tierra desde el espacio interestelar hoy en día se debe a la poca frecuencia de estos fenómenos. No se ha producido ninguno en los últimos 100 millones de años en las cercanías del Sistema Solar.