Cómo el moho de las flores de la Estación Espacial nos está ayudando a ir a Marte
20/1/2016 de Phys.org
El moho empezó a crecer sobre la planta en la almohadilla E, en la esquina inferior izquierda de la mata de plantas. Crédito: NASA.
Cuando Scott Kelly twitteó una foto de las hojas mohosas de la cosecha actual de flores de cinia a bordo de la Estación Espacial Internacional, podría parecer que el experimento científico estaba arruinado. De hecho, la ciencia estaba floreciendo más extraña que nunca. Lo que podría parecer un fallo en los sistemas es de hecho una oportunidad excepcional para los científicos en la Tierra de comprender mejor cómo crecen las plantas en microgravedad, y para que los astronautas practiquen algo en lo que deberán de trabajar durante las misiones de espacio profundo: jardinería autónoma.
“Aunque las plantas no han crecido perfectamente” comenta la Dra. Gioia Massa, “creo que hemos aprendido mucho de esto y estamos aprendiendo más sobre plantas y fluidos y también acerca de cómo colaborar mejor entre el control en tierra y la estación. Con independencia del resultado final del florecimiento hemos ganado mucho”.
El dispositivo para el cultivo de plantas Veggie fue instalado en el laboratorio orbital a principios de mayo de 2014, y la primera cosecha de lechuga romana roja se puso en marcha. “Perdimos dos plantas por estrés hídrico en el primer cultivo y estuvimos muy vigilantes en ese aspecto en la segunda cosecha”, comenta Trent Smith. La segunda cosecha de lechuga fue cuidada ajustando mejor los ciclos de riego y la tripulación pudo comer la lechuga cuando estuvo lista un mes después.
El siguiente cultivo fue una colección de cinias, aunque no fueron elegidas por su belleza, sino porque pueden ayudar a los científicos a conocer cómo las plantas crecen y florecen en microgravedad. “La cinia es muy diferente de la lechuga. Es más sensible a los parámetros ambientales y a las características de la luz”. Poco más de dos semanas desde que empezaron a crecer, los astronautas detectaron la aparición de humedad y de moho en las hojas. El astronauta Scott Kelly, provisto de una máscara como medida de seguridad, cortó el tejido afectado por el moho que fue almacenado en el congelador del laboratorio para ser luego enviado a la Tierra y sometido a estudio.
Poco después de los heroicos esfuerzos jardineros de Kelly, dos de las plantas murieron y fueron guardadas también en el congelador para ser enviadas a la Tierra. Las dos plantas restantes han continuado creciendo e incluso tienen capullos nuevos formándose.