Transportando los elementos básicos de la vida a la Tierra desde el espacio
3/10/2017 de Max Planck Institute for Astronomy / Proceedings of the US National Academy of Sciences
Astrónomos de la Universidad McMaster y del Instituto Max Planck de Astronomía han completado cálculos que conducen a un escenario coherente con la aparición de la vida en la Tierra, basándose en modelos astronómicos, geológicos, químicos y biológicos. En este escenario, la vida se formó apenas unos pocos cientos de millones de años después de que la superficie de la Tierra se enfriase lo suficiente como para poder tener agua líquida; los elementos básicos de la vida se crearon en el espacio durante la formación del Sistema Solar y fueron transportados a pequeños estanques calientes de la Tierra por meteoritos.
Cómo empezó la vida en la Tierra, hace aproximadamente 4 mil millones de años, es una de las grandes preguntas científicas. Nuevos resultados sugieren que meteoritos que aterrizaron en pequeños estanques calientes jugaron un papel clave, aportando moléculas orgánicas esenciales que impulsaron la aparición de la vida en forma de moléculas de ARN autorreplicantes.
Los astrónomos han llegado a esta conclusión tras juntar modelos sobre formación de planetas, geología, química y biología en un modelo coherente cuantitativo de emergencia de la vida. Quizás el resultado más interesante de estos cálculos es que la vida debe de haber aparecido bastante pronto, cuando la Tierra todavía estaba tomando forma, sólo unos pocos cientos de millones de años después de que se hubiera enfriado lo suficiente como para albergar agua líquida en la superficie, en estanques y océanos. Los elementos básicos de la vida habrían sido transportados a la Tierra por meteoritos durante una era en la que el bombardeo de la Tierra por estas pequeñas rocas extraterrestres era mucho más intenso que hoy en día.
El nuevo trabajo apoya la hipótesis del «pequeño estanque caliente» para el origen de la vida, según la cual se habrían formado polímeros de ARN en estanques poco profundos, durante ciclos en los que el agua se evaporaba y restituía periódicamente. Demuestra cómo los meteoritos podrían haber transportado una cantidad suficiente de bases nitrogenadas a miles dichos estanques en la Tierra, contribuyendo a la aparición de moléculas de ARN autorreplicantes en al menos uno de estos estanques.