Nuevos datos sobre el origen de los diamantes en meteoritos
Estos diamantes con mucha probabilidad se formaron por una rápida transformación de choque a partir de grafito durante uno o más impactos grandes contra un asteroide ureilita progenitor.
Estos diamantes con mucha probabilidad se formaron por una rápida transformación de choque a partir de grafito durante uno o más impactos grandes contra un asteroide ureilita progenitor.
El asteroide, llamado 2020 SW, fue descubierto el pasado 18 de septiembre por el sondeo del cielo Catalina desde Arizona, y las siguientes observaciones permitieron confirmar su trayectoria orbital con gran precisión, descartando cualquier riesgo de impacto.
El método podría ser empleado para diseñar la configuración óptima de la misión y de la campaña para desviar un asteroide cercano a la Tierra potencialmente peligroso.
Tres astrónomos de la Universidad de Leiden (Países Bajos) han demostrado que algunos asteroides que son considerados inofensivos por ahora pueden chocar contra la Tierra en el futuro.
El momento en que se produjo el impacto, al final de la época conocida como «Tierra bola de nieve», permite pensar en la posibilidad de que pudiera haber contribuido a que el planeta saliera de dicha glaciación global.
El estudio concluye que la corteza del cráter está constituida principalmente por un mineral normal de la corteza lunar no detectado en análisis anteriores.
Se estima que el impacto emitió una energía equivalente a la explosión de 240 kilotones de TNT.
Un tsunami que alcanzó varios cientos de metros de altura inundó el cráter en los días posteriores al impacto del asteroide.
18/7/2019 de ESA El asteroide 2006 QV89, un pequeño objeto de entre 20 y 50 metros de diámetro, ha sido protagonista de las noticias recientemente por la posibilidad, muy pequeña (de 1 en 7000) de...
Los nuevos modelos dan cuenta de la discrepancia entre la cantidad de siderófilos hallados en la Tierra y los encontrados en la Luna.
Ahora la Dra. Yi-Jen Lai (Macquarie University) y sus colaboradores proponen una nueva historia de la evolución de Vesta que incluye un impacto gigante.
Una nueva investigación ha revelado que los impactos relativamente pequeños pero capaces de devastar una región, como el que tuvo lugar en Tunguska (Siberia) hace 111 años, ocurren cada varios miles de años, y no siglos como se pensaba anteriormente.