28/5/2019 de Centro de Astrobiología / Nature Scientific Reports
A) Vista general de la zona de muestreo. B) Una de las pequeñas chimeneas (temperatura del agua de 90C). C) Muestra identificada como D9 de una de las pequeñas chimeneas en (A). Crédito: UCC-CAB.
Un equipo científico internacional liderado por el Centro de Astrobiología (CAB, CSIC-INTA) ha descubierto por primera vez la presencia de microorganismos ultra pequeños en las condiciones multi-extremas del volcán de Dallo, al norte de la región de Afar, en Etiopía. Estos microorganismos, que pueden sobrevivir y potencialmente vivir en uno de los entornos más extremos conocido, pueden ser claves para entender los límites de la habitabilidad tanto en la Tierra como en el Marte primitivo.
La región geotérmica de Dallol, situada en la zona norte de la depresión de Danakil (Etiopía) con una profundidad de 124 hasta 155 metros por debajo del nivel del mar, es considerada como uno de los ambientes más extremos de la Tierra y el más caluroso del planeta. Ahora, un nuevo estudio, liderado por Felipe Gómez, investigador del Centro de Astrobiología, y publicado en la revista Nature Scientific Reports, presenta la primera evidencia de la existencia de vida en esta región. “Describimos por primera vez la evidencia morfológica y molecular de nanomicroorganismos termo-halo-acidófilos (amantes de la alta temperatura, de la alta salinidad y presencia de sales y metales; y de muy bajos valores de pH) existente en este novedoso ambiente multi-extremo”, señala Gómez.
El estudio muestra que las estructuras ultra pequeñas descubiertas están enterradas dentro de depósitos minerales. Estos microorganismos han sido identificados inicialmente como pertenecientes a la Orden Nanohaloarchaea, aunque podría también tratarse de nuevos microorganismos no descritos hasta el momento.
Los resultados de este estudio tienen importantes implicaciones para la comprensión de los límites ambientales de la vida y también proporciona información útil para evaluar la habitabilidad tanto en la Tierra como en otras partes del Sistema Solar, o incluso en el Marte primitivo y, por tanto, podría ser un paso crucial en la selección de sitios de aterrizaje para futuras misiones que pretendan detectar vida.