Resultados de Planck: las ondas gravitacionales siguen siendo escurridizas
2/2/2015 de ESA
Imagen de Plank del campo de BICEP2. Muestra una zona del cielo del hemisferio sur, basada en observaciones realizadas por el satélite Planck de ESA en longitudes de onda de microondasy submilimétricas. La escala de colores representa la emisión del polvo, una componente menor pero crucial del medio interestelar que baña nuestra Galaxia la Vía Láctea. La textura, en cambio, indica la orientación del campo magnético de la Galaxia. Está basada en medidas de la dirección de la luz polarizada emitida por el polvo. La región marcada corresponde a la diminuta fracción del cielo que ha sido observada con dos experimentos instalados en Tierra en el Polo Sur, BICEP2 y Keck Array. Crédito: ESA/Planck Collaboration. Agradecimiento: M.-A. Miville-Deschênes, CNRS – Institut d’Astrophysique Spatiale, Université Paris-XI, Orsay, France
A pesar de los anuncios iniciales de una posible detección, el análisis conjunto de datos del satélite Planck de la ESA y los experimentos instalados en tierra BICEP2 y Keck Array, no han encontrado evidencias definitivas de ondas gravitacionales primordiales.
El Universo tuvo su comienzo hace 13800 millones de años, y evolucionó desde un estado extremadamente caliente, denso y uniforme para convertirse en el rico y complejo cosmos de galaxias, estrellas y planetas que vemos hoy en día. La luz emitida sólo 380 000 años después del Big Bang formó lo que se conoce como el Fondo Cósmico de Microondas, que ha sido observado por el satélite Planck en todo el cielo, con una precisión sin precedentes.
Ahora los astrónomos están buscando una señal particular de la «inflación» cósmica, una expansión acelerada muy breve que experimentó el Universo, según la teoría actual, cuando sólo tenía una pequeñísima fracción de segundo de edad. Esta señal sería causada por ondas gravitacionales, diminutas perturbaciones del tejido del espacio-tiempo, que los astrónomos piensan que habrían sido generadas durante la fase inflacionaria. Además, estas perturbaciones deberían dejar señal en otra característica del fondo cósmico: su polarización. El fondo cósmico está polarizado en todo el cielo, de un modo complejo producido por la combinación de dos patrones básicos: circulares y radiales (conocidos como modos E), y rizados (modos B).
Hace unos meses, el equipo de BCEP2 presentó resultados que interpretaron como la señal originada por las ondas gravitacionales primordiales, generando un enorme interés entre la comunidad académica y el público general. Sin embargo, existe otro competidor en este juego que puede producir un efecto similar: el polvo interestelar de nuestra Galaxia, la Vía Láctea.
Así que Planck, BICEP2 y el Keck Array unieron sus esfuerzos. «Este trabajo conjunto ha demostrado que la detección de los modos B primordiales ya no es firme después de eliminar la emisión debida al polvo de la Galaxia» afirma Jean-Loup Puget, investigador principal del instrumento HFI de Planck. «Así que, por desgracia, no hemos sido capaces de confirmar que la señal sea una huella de la inflación cósmica».