Obsevando la infraestructura de un chorro de materia de una explosión de rayos gamma
5/12/2013 de NASA / Nature
Un nuevo estudio empleando observaciones de un nuevo instrumento proporciona la mejor imagen hasta la fecha de los campos magnéticos presentes en el interior de los estallidos de rayos gamma, las explosiones más energéticas del universo. Un equipo internacional de astrónomos de Gran Bretaña, Eslovenia e Italia han observado la infraestructura de un chorro a alta velocidad de un estallido.
Los estallidos de rayos gamma (GRB de sus siglas en inglés) son las explosiones más luminosas del cosmos. Se piensa que muchos se producen cuando el núcleo de una galaxia masiva agota su combustible nuclear, colapsa bajo su propio peso, y forma un agujero negro. El agujero negro, entonces, forma chorros de partículas que perforan su camino a través de la estrella que colapsa para escapar con una erupción al espacio a casi la velocidad de la luz.
Cuando el chorro choca contra los alrededores, emite energía en todo el espectro electromagnético, desde ondas de radio a rayos gamma, y empieza a decelerar. Esto resulta en la formación de una onda de choque que se desplaza hacia afuera. Al mismo tiempo, una onda de choque inversa vuelve atrás hacia los escombros del chorro, produciendo también una brillante emisión.
Los modelos teóricos de GRB predicen que la luz del choque inverso debería de mostrar emisiones polarizadas potentes y estables si el chorro posee un campo magnético estructurado procedente de los alrededores del agujero negro recién formado, y que se piensa que es el motor central que induce el estallido. Observaciones anteriores del resplandor posterior en el óptico habían detectado polarizaciones de un 10 por ciento, pero sin información sobre cómo cambia este valor con el tiempo.
Las nuevas observaciones demuestran que al principio la luz del resplandor estaba polarizada en un 28 por ciento, el valor más alto registrado para un estallido, y lentamente decreció hasta el 16 por ciento, mientras que el ángulo de la luz polarizada permanecía igual. Esto apoya la presencia de un campo magnético organizado a gran escala relacionado con el agujero negro, en lugar de un campo magnético entrelazado producido por inestabilidades en el propio chorro.