No todas las que van errantes están perdidas
10/1/2012 de SDSS-III
Algunas estrellas poseen órbitas que las llevan a lugares interesantes, y tienen historias interesantes que contar sobre cómo se formaron.
Durante más de una década, el Sloan Digital Sky Survey (SDSS) ha cartografiado las estrellas de nuestra galaxia. En la reunión de la Sociedad Americana de Astronomía, las astrónomas Judy Cheng y Connie Rockosi (University of California, Santa Cruz) presentaron nuevas pruebas que ayudarán a responder preguntas antiguas sobre la historia del disco de nuestra galaxia.
Estos resultados del SDSS provienen de la medida de movimientos y composiciones químicas de más de 118 mil estrellas. Algunas de ellas se encuentran en el disco de nuestra galaxia, que es lo que vemos como una banda brillante de estrellas en el cielo nocturno, y que llamamos la Vía Láctea. Las estrellas del disco giran alrededor del centro de la galaxia. La mayoría de las órbitas se alinean en un plano como los planetas alrededor del Sol, pero unas pocas orbitan al son de un tambor diferente.
«Algunas estrellas del disco poseen órbitas que las llevan muy por encima y por debajo del plano de la Vía Láctea», exploca Rockosi. «Queremos averiguar qué tipo de estrellas son ésas, de dónde proceden y cómo llegaron hasta allí».
Las órbitas de estas estrellas las distinguen claramente de las del flujo principal de la Vía Láctea, pero las nuevas investigaciones muestran que su composición química también las hace únicas. Un equipo liderado por Judy Cheng estudió la cantidad de metales en estas estrellas en diferentes lugares de la galaxia.
El equipo de Cheng estudió el contenido en metales de miles de estrellas del disco. Cerca del plano del disco galáctico, el hogar de las estrellas ordinarias del disco, las estrellas más cercanas al centro de la galaxia muestran un contenido mayor de metales que aquéllas lejos del centro galáctico. «Esto nos dice que el disco exterior de nuestra Galaxia ha formado menos generaciones de galaxias que el disco interior, lo que significa que el disco de la Vía Láctea creció desde dentro hacia afuera», afirma Cheng.