Los polos de Mercurio tienen más hielo de lo que pensaban los científicos
20/9/2017 de Brown University / Geophysical Research Letters
La abrasadora superficie de Mercurio parece un lugar poco probable para encontrar hielo, pero las investigaciones realizadas a lo largo de las tres últimas décadas sugieren que el agua congelada está escondida en los fondos de los cráteres que se hallan en sombra permanente protegidos de los ardientes rayos del Sol. Ahora un nuevo estudio sugiere que podría haber mucho más hielo en la superficie de Mercurio de lo que se pensaba.
El trabajo añade tres miembros nuevos a la lista de cráteres que están cerca del polo norte de Mercurio y que parecen albergar grandes depósitos superficiales de hielo. Pero además de estos depósitos grandes, la investigación muestra también indicios de depósitos más pequeños dispersos por el polo norte de Mercurio, tanto en el interior de cráteres como en terrenos a la sombra entre cráteres. Estos depósitos puede que sean pequeños, pero podrían contribuir mucho en términos de cantidad de hielo que no había sido tenido en cuenta anteriormente.
La idea de que Mercurio pudiese tener agua congelada apareció en la década de 1990, cuando radares en tierra detectaron regiones altamente reflectantes dentro de varios cráteres cerca de los polos de Mercurio. El eje del planeta no tiene demasiada inclinación, así que los polos reciben muy poca luz solar directa y los fondos de algunos cráteres no la reciben en absoluto. Sin una atmósfera que conserve el calor de la superficie vecina, las temperaturas en esas sombras eternas se calcula que son suficientemente bajas como para que el hielo de agua sea estable. Esto hizo pensar en la posibilidad de que estas regiones brillantes en las imágenes de radar pudieran ser hielo.
Ahora Ariel Deutsch (Brown University) y Gregory Neumann (NASA) han estudiado las lecturas del altímetro láser de la nave MESSENGER, que pueden ser utilizadas para estudiar la reflectancia de la superficie. Detectaron tres depósitos grandes que podrían ser de hielo en la superficie en tres cráteres grandes, cubriendo un área total de 3400 kilómetros cuadrados. Además, el terreno que rodea a estos cráteres es menos reflectante que las placas de hielo del interior de los cráteres, pero es significativamente más brillante que la superficie promedio de Mercurio. «Sugerimos que esta señal de reflectancia más intensa es producida por placas de hielo de menor tamaño esparcidas por este terreno», explica Deutsch.