Los monstruos estelares no chocan – ninguna esperanza de una catástrofe espectacular
12/7/2013 de University of Warsaw
Se podría esperar que los choques entre los restos de estrellas monstruosas, con masas que alcanzan entre 200 y 300 veces la de nuestro Sol, serían uno de los fenómenos más espectaculares del Universo. Quizás lo sean, pero por desgracia probablemente nunca tengamos la oportunidad de saberlo. Astrofísicos del Observatorio Astronómico de la facultad de Física de la Universidad de Varsovia han descubierto que esta clase de colisiones no se producirá hasta dentro de miles de millones de años.
Durante mucho tiempo, los astrónomos han pensado que las estrellas más grandes del Universo no excedían las 150 masas solares. Sin embargo, hace tres años se descubrieron cúmulos de estrellas en las Nubes de Magallanes que albergan estrellas «imposibles» – monstruos tremendos con masas entre 200 y 300 veces la de nuestro Sol. El descubrimiento despertó un gran interés entre los astrofísicos, en especial entre aquéllos relacionados con la búsqueda secular de ondas gravitacionales. Si estos monstruos estelares formaran sistemas binarios muy cercanos, podrían producirse colisiones entre sus restos. Las ondas gravitatorias resultantes de un suceso así serían suficientemente potentes como para ser detectadas incluso por nuestros detectores actuales – y a distancias mucho mayores que las típicas a agujeros negros estelares. «Pero no podemos contar con detectar ninguna de estas colisiones espectaculares», afirma el Dr. Krzysztof Belczyński.
«En un sistema binario supermasivo», comenta el Dr. Belczyński, «sabemos que las componentes de un sistema así deben de formarse a una distancia relativamente grande una de la otra». El único fenómeno que puede permitir una pérdida gradual de energía de los restos de un sistema binario de estrellas supermasivas, que les permitiría acercarse una a la otra, es la emisión de ondas gravitacionales. Las ondas gravitacionales emitidas por un sistema de estrellas o agujeros negros muy separados entre sí son muy débiles y la pérdida de energía es muy lenta.
«Los agujeros negros tardarían muchas decenas de miles de millones de años, quizás cientos de miles de millones de años en chocar. Esto es muchas veces más tiempo que la cantidad de tiempo que ha pasado desde el Big Bang, así que no tenemos prácticamente ninguna posibilidad de detectar ondas gravitacionales de una colisión así en el cielo. A menos que los modelos actuales de evolución estelar y de formación de estrellas binarias en nubes de polvo sean equivocadas. En ese caso, la observación de una catástrofe tan espectacular en el espacio supondría un desastre espectacular para las teorías astrofísicas contemporáneas.