Hubble observa un cacahuete cósmico
17/12/2019 de ESA
Las galaxias tienen todo tipo de formas y tamaños. Las galaxias espirales se caracterizan por un núcleo brillante y unos enormes brazos en forma de molinillo, compuestos por polvo, gas y estrellas. NGC 1175 es de este tipo y alberga lo que se conoce como una “barra” de material que atraviesa su centro. Estas barras influyen en el modo en que el material circula por la galaxia y, desde lejos, resultan de lo más enigmático.
Pero aún hay más. Vistas de lado, las galaxias como estas presentan una forma aún más curiosa: sus regiones interiores parecen más anchas en unas direcciones que en otras, haciendo que parezcan tener forma compacta y similar a la de una cáscara de cacahuete o a la de una gigantesca X.
A pesar de los estudios que implican que nuestra propia galaxia, la Vía Láctea, tiene un núcleo en forma de X, no está claro cómo y cuándo se formaron esos bulbos compactos. Un estudio reciente liderado por el investigador de la ESA Sandor Kruk empleó datos en alta resolución de Hubble para explorar galaxias más lejanas que NGC 1175. Se halló que estos bulbos compactos comenzaron a formarse hace unos 7.000 millones de años, cuando el Universo tenía más o menos la mitad de su edad actual. Su formación se relaciona con las de las barras galácticas, que se cree que se habrían formado hace unos 2.000 millones de años antes de que estos misteriosos bulbos empezaran a emerger. Las estrellas en el interior de dichas barras orbitan el centro galáctico de modos complejos y dinámicos, con una serie de movimientos verticales que contribuyen a la morfología compacta observada en el centro de las galaxias.
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