Gaia revela un nuevo miembro de la familia de la Via Láctea
21/2/2022 de ESA / The Astrophysical Journal
Nuestra galaxia, la Vía Láctea, empezó a formarse hace unos 12 mil millones de años. Desde entonces ha seguido creciendo en tamaño y masa a través de fusiones con otras galaxias.
Quizás lo más interesante sea que este proceso aún no ha terminado y que, empleando datos de la nave Gaia de la ESA, los astrónomos pueden verlo en acción. Esto a su vez permite reconstruir la historia de nuestra galaxia, revelando un «árbol genealógico» de galaxias más pequeñas que han contribuido a que la Vía Láctea sea lo que es hoy en día.
El trabajo más reciente sobre este tema ha sido dirigido por Khyati Malhan (Instituto Max Planck de Astronomía, Heidelberg, Alemania). Malhan y su equipo han analizado la tercera edición de datos iniciales de Gaia (EDR3), buscando en ellos restos de galaxias más pequeñas fusionándose con la nuestra. Se les puede encontrar en el halo de la Vía Láctea, que rodea el disco de estrellas más jóvenes, y en el bulbo central de estrellas más viejas, conformando entre ambos la parte más luminosa de la Vía Láctea.
En total, los astrónomos estudiaron 170 cúmulos globulares de estrellas, 41 corrientes estelares y 46 galaxias satélite de la Vía Láctea. Dibujándolas según su energía y momento encontraron que un 25 por ciento de estos objetos pertenecía a uno de seis grupos definidos. Cada grupo es una fusión que se está produciendo con la Vía Láctea. En los datos también encontraron una posible séptima fusión.
Cinco habían sido identificadas anteriormente en sondeos estelares. Se las conoce como Sagittarius, Cetus, Gaia-Salchicha/Enceladus, LMS-1/Wukong, y Arjuna/Sequoia/I’itoi. Pero la sexta es nueva y ha sido denominada Pontus. En la mitología griega Pontus es el nombre del primogénito de Gaia, la diosa griega de la Tierra. Pontus habría sido despedazada por la Via Láctea, contra la que se precipitó hace entre unos 8 mil millones y unos 10 mil millones de años.
[Fuente]