Etiquetado: evolución de galaxias
Allison Kirkpatrick (Universidad de Kansas) ha descubierto «cuásares fríos», es decir, galaxias con una gran cantidad de gas frío que todavía pueden formar estrellas nuevas, a pesar de tener un cuásar en el centro.
En algunas galaxias, la fusión con otras pondrá en marcha procesos que acabarán deteniendo la formación de estrellas, condenando a las galaxias a apagarse prematuramente.
Un nuevo estudio dirigido por astrónomos de la Universidad de Yale cuenta la historia de una galaxia que se quedó sin gas.
Los investigadores del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) Jairo Méndez Abreu y Adriana de Lorenzo-Cáceres han descubierto una estructura con forma de cacahuete en la barra interna de una galaxia con dos barras cercana a la Vía Láctea. Tales estructuras, solo detectadas anteriormente en barras externas o individuales, actúan como trazadoras de la evolución de las galaxias.
Las observaciones muestran las primeras fases de las fusiones de agujeros negros durante las últimas etapas de la fusión de las galaxias.
Observan con detalle una potente emisión de gas hidrógeno desde la Pequeña Nube de Magallanes, que está así perdiendo gradualmente su capacidad para formar estrellas.
Un enigma que aún elude su solución es el de cómo acaba la formación de estrellas en una galaxia. Pensamos que eventualmente las galaxias pasan de ser discos brillantes y azules donde se forman estrellas a elípticas inertes, ¿pero qué hace que se apague la formación de estrellas en una galaxia durante esta transición?
Dos de las galaxias más cercanas a la Vía Láctea – la Gran Nube y la Pequeña Nube de Magallanes – pueden haber tenido una tercera compañera.
Por primera vez ha sido detectado un potente «viento» de moléculas en una galaxia situada a 12 mil millones de años-luz de distancia.
Los agujeros negros de pequeñas galaxias rojas masivas han impedido la formación de estrellas nuevas en ellas y pueden haber utilizado parte del combustible estelar para crecer, adquiriendo proporciones inusualmente masivas.
Un nuevo estudio examina qué es necesario para activar un agujero negro supermasivo, llegando a la conclusión de que las colisiones violentas entre galaxias pueden ser más efectivas que las fusiones tranquilas.
Utilizando ALMA y el VLT, los astrónomos han descubierto que tanto las galaxias con estallido o brote de formación estelar (galaxias starburst) en el universo temprano como las regiones de formación estelar en una galaxia cercana, contienen una proporción mucho mayor de estrellas masivas que la detectada en galaxias más tranquilas. Estos resultados desafían las ideas actuales acerca de cómo evolucionaron las galaxias, cambiando nuestra comprensión de la historia cósmica de la formación estelar y de la formación de los elementos químicos.