Los científicos espaciales llevan dos siglos y medio conociendo la existencia de la galaxia M64. Es conocida por su apariencia ominosa, lo cual le ha valido su apodo: el ojo maligno. Estudios anteriores de la galaxia han demostrado que es única en el sentido de que sus partes internas giran en dirección opuesta a sus partes externas.
Esto ha llevado a especular que la parte externa fue canibalizada de otra galaxia enana cercana. Sin embargo, trabajos anteriores no habían podido encontrar ninguna evidencia de la existencia previa de la otra galaxia. En este nuevo esfuerzo, los investigadores finalmente han encontrado lo que los demás habían estado buscando: material cerca de M64 que quedó como remanente de una galaxia más pequeña cuando fue canibalizada.
Un equipo internacional de astrónomos, astrofísicos y cosmólogos ha encontrado evidencia de que el disco externo de la galaxia M64 tiene su origen en una galaxia enana más pequeña y cercana.