El misterio de planetas de océanos y planetas de dunas
25/2/2015 de Space Daily
Ilustración artística del paisaje que podría tener Kepler-186f, un planeta del tamaño de la Tierra, en órbita alrededor de una lejana estrella enana de clase M. Crédito: Danielle Futselaar.
Simulaciones realizadas por investigadores del Instituto de Tecnología de Tokyo y de la Universidad de Tsinghua, indican que los planetas tipo Tierra es más probable encontrarlos en órbitas alrededor de estrellas similares al Sol, en lugar de en estrellas de masa baja, que son las que se observan actualmente, en relación con el contenido de agua de los planetas.
La búsqueda de planetas habitables actualmente se centra en las llamadas enanas M, estrellas con menos de la mitad de la masa de nuestro Sol. Se piensa que estas estrellas tienen planetas habitables en órbita más fáciles de encontrar que los que están alrededor de enanas G – estrellas con una masa similar a la del Sol. Sin embargo, según unas simulaciones recientes de un equipo de investigadores, los sistemas de las enanas M podrían no ser los mejores lugares donde mirar.
Para que los planetas sean habitables, deben de encontrarse en órbita en la zona habitable alrededor de la estrella, donde no hace demasiado calor ni demasiado frío. Además, estudios recientes sobre habitabilidad de planetas sugieren que la proporción agua-tierra debe de ser similar a la de la Tierra. Esto es, la fracción en masa de agua no debe de estar lejos de la de la Tierra: los planetas con demasiada agua (planetas océano) tienen climas inestables y carecen de fuentes de nutrientes; y los planetas pobres en agua, como Venus, son demasiado áridos para ser habitados.
Mientras que las enanas G – estrellas con la masa de nuestro Sol- mantienen una luminosidad casi constante durante la fase de presecuencia principal de su evolución, la luminosidad de las enanas M decrece en más de un orden de magnitud durante esta fase. Esto significa que los planetas con la cantidad justa de agua, a la distancia correcta de las estrellas M, pueden convertirse en lugares demasiado áridos por sobreexposión durante el periodo inicial de presecuencia principal de la estrella, por tener ésta una luminosidad mayor, mientras que los planetas océano retendrían una cantidad mayor de agua.