El Hubble proporciona un mapa de carreteras interestelar para el viaje galáctico de las naves Voyager
16/1/2017 de Hubble site
En esta ilustración de artista la nave espacial Voyager 1 disfruta de una vista de pájaro del Sistema Solar. Los círculos representan las órbitas de los grandes planetas exteriores: Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno. Lanzada en 1977, la Voyager 1 visitó los planetas Júpiter y Saturno. La nave se encuentra ahora a 21 mil millones de kilómetros de la Tierra, tratándose del objeto que más rápido se mueve y que más lejos se encuentra que haya sido construido por el ser humano. De hecho, la Voyager 1 se encuentra surcando el espacio interestelar, la región entre las estrellas que está llena de gas, polvo y material reciclado de estrellas agonizantes. Crédito: NASA, ESA, and G. Bacon (STScI).
Las dos naves Voyager de NASA están navegando por territorio inexplorado en su viaje más allá de nuestro Sistema Solar. A lo largo del camino están midiendo el medio interestelar, el misterioso ambiente que hay entre las estrellas. El telescopio espacial Hubble está proporcionando el mapa de carreteras, midiendo el material a lo largo de las trayectorias de las sondas mientras se desplazan por el espacio. Incluso después de que las Voyager se queden sin electricidad y sean incapaces de mandar datos nuevos, lo que podría ocurrir en una década, los astrónomos pueden utilizar las observaciones del Hubble para caracterizar el ambiente por el que se deslizan estas embajadoras silenciosas.
Un análisis preliminar de las observaciones del Hubble revela una compleja y rica ecología interestelar, que consiste en múltiples nubes de hidrógeno ligado a otros elementos. Los datos del Hubble, combinados con los de las Voyager, también proporcionan nuevos datos sobre cómo viaja nuestro Sistema Solar a través del espacio interestelar.
«Es una gran oportunidad para comparar datos de medidas in situ del ambiente interestelar tomados por las naves Voyager con medidas telescópicas realizadas con el Hubble», explica el director del estudio Seth Redfield (Wesleyan University). «Las Voyager están tomando muestras de regiones diminutas mientras atraviesan el espacio a unos 600 000 kilómetros por hora. Pero no tenemos ni idea de si esas regiones son típicas o son raras. Las observaciones con el Hubble nos proporcionan una imagen más amplia ya que el telescopio ve un camino más largo y ancho. Así que el Hubble proporciona un contexto a lo que cada Voyager está atravesando».
Durante los próximos 10 años las Voyager realizarán medidas de material interestelar, campos magnéticos y rayos cósmicos a lo largo de sus trayectorias. El Hubble ha descubierto que la Voyager 2 saldrá del interior de una nube interestelar que rodea al Sistema Solar en unos 2000 años, pasando después unos 90 000 años en una segunda nube antes de cruzar a una tercera. Un inventario de la composición de las nubes ha revelado ligeras variaciones en las cantidades de elementos químicos que contienen. «Estas variaciones podrían significar que las nubes se formaron de formas diferentes o que proceden de áreas diferentes y luego se juntaron», comenta Redfield .
Un vistazo inicial a los datos del Hubble sugiere también que el Sol está atravesando material más grumosos en el espacio cercano, lo que puede afectar a la heliosfera, la gran burbuja que contiene a nuestro Sistema Solar, producida por el potente viento solar.