El exoplaneta en tránsito con el año más largo conocido
22/7/2014 de Harvard-Smithsonian Center for Astrophysics (CfA)
Esta ilustración artística muestra el exoplaneta Kepler-421b, del tamaño de Urano, que se encuentra en órbita alrededor de una estrella naranja, de tipo K, a unos 1000 años-luz de la Tierra. Kepler-421b es el exoplaneta en tránsito con el año más largo conocido, rodeando a su estrella una vez cada 704 días.
Un equipo de astrónomos ha descubierto el exoplaneta en tránsito con el año más largo que se conoce. Kepler-421b da una vuelta alrededor de su estrella cada 704 días. Por comparación, Marte completa una órbita alrededor del Sol cada 780 días. La mayoría de los más de 1800 exoplanetas descubiertos hasta la fecha se encuentra mucho más cerca de sus estrellas y tiene periodos orbitales mucho más cortos.
«Descubrir Kepler-421b fue un golpe de suerte», afirma el director de la investigación, David Kipping del Harvard-Smithsonian Center for Astrophysics (CfA). «Cuanto más alejado se encuentra un planeta de su estrella, menos probable es que transite la estrella desde el punto de vista de la Tierra. Tiene que alinearse correctamente de manera muy precisa».
Kepler-421b está en órbita alrededor de una estrella naranja, de tipo K, que es más fría y menos brillante que nuestro Sol. Gira a una distancia de unos 180 millones de kilómetros. Como resultado, este planeta del tamaño de Urano está a sólo -93ºC. La órbita del planeta lo coloca más allá de la llamada «línea de nieve», la línea que separa planetas rocosos y gaseosos. Fuera de la línea de nieve, el agua condensa en granos de hielo que se pegan unos con otros para construir planetas gigantes de gas.
«La línea de nieve es una distancia crucial en la teoría de formación de planetas. Pensamos que todos los gigantes de gas deben de haberse formado más allá de esta distancia», explica Kipping. Dado que los planetas gigantes de gas pueden encontrarse muy cerca de sus estrellas, en órbitas que sólo duran días o incluso horas, los teóricos piensan que muchos exoplanetas han migrado hacia el interior al principio de sus historias. Pero Kepler-421b muestra que esa migración no es necesaria. Podría haberse formado precisamente donde lo vemos ahora. «Es el primer ejemplo que hemos encontrado de un gigante de gas potencialmente no migrado en un sistema en tránsito», añade Kipping.