Detectan ondas gravitacionales 100 años después de ser predichas por Einstein
11/2/2016 de National Science Foundation/ Physical Review Letters
Imagen aérea del detector LIGO en Livingstone, Lousiana. Crédito: Laboratorio LIGO.
Por primera vez, los científicos han observado arrugas en el tejido del espacio-tiempo llamadas ondas gravitacionales que han llegado a la Tierra desde un suceso cataclísmico que tuvo lugar en el universo lejano. Esto confirma una importante predicción de la teoría general de la relatividad de Albert Einstein y abre una nueva ventana sin precedentes al cosmos.
Las ondas gravitacionales contienen información sobre sus dramáticos orígenes y sobre la naturaleza de la gravedad que no puede obtenerse de ningún otro modo. Los físicos han concluido que las ondas gravitacionales detectadas fueron producidas durante la última fracción de segundo de la fusión de dos agujeros negros que produjo un nuevo agujero negro masivo en rotación. Esta colisión de dos agujeros negros había sido predicha pero nunca observada.
Las ondas gravitacionales fueron detectadas el 14 de septiembre de 2015 por los dos detectores gemelos de LIGO, situados en Livingston, Louisiana, y Hanford, Washington. Basándose en las señales observadas, los científicos de LIGO estiman que los agujeros negros involucrados tenían unas 29 y 36 veces la masa del Sol, y que el choque tuvo lugar hace 1300 millones de años. Cerca de tres veces la masa del Sol fueron convertidas en ondas gravitacionales en una fracción de segundo, con un pico en la señal unas 50 veces por encima de la del universo visible entero. Observando el tiempo de llegada de las señales – el detector de Livingston registró el suceso 7 milisegundos antes que el detector en Hanford – los científicos pueden afirmar que la fuente estaba localizada en el hemisferio sur.
Según la teoría general de la relatividad, una pareja de agujeros negros en órbita alrededor uno de otro pierde energía emitiendo ondas graviacionales, haciendo que se acerquen gradualmente a lo largo de miles de millones de años. Durante la última fracción de segundo los dos agujeros negros chocan convirtiendo parte de la masa conjunta de los agujeros negros en energía, según la fórmula de Einstein E=mc2. Esta energía es emitida como una fuerte explosión final de ondas gravitacionales. Estas son las ondas gravitacionales que LIGO observó.