Confirman los detalles orbitales del menos conocido de los planetas del sistema de TRAPPIST-1
23/5/2017 de JPL / Nature Astronomy
Un equipo de científicos ha encontrado un patrón regular en las órbitas de los planetas del sistema de TRAPPIST-1, confirmando los detalles sobre la órbita del planeta más exterior y menos conocido, TRAPPIST-1h.
TRAPPIST-1 es una estrella que sólo tiene un octavo de la masa de nuestro Sol, así que es más fría y menos luminosa. Alberga siete planetas del tamaño de la Tierra, tres de los cuales se encuentran en la zona habitable de su estrella (el intervalo de distancias a la estrella donde el agua líquida podría acumularse en la superficie de un planeta rocoso). El sistema está situado a unos 40 años-luz en la constelación de Acuario y se estima que tiene entre 3 mil millones y 8 mil millones de años de edad.
Ahora, un equipo internacional de astrónomos, dirigido por investigadores de la Universidad de Washington, ha empleado datos de la nave espacial Kepler de NASA para confirmar que TRAPPIST-1h completa una órbita alrededor de su estrella cada 19 días. A 10 millones de kilómetros de su fría estrella enana, TRAPPIST-1h está situado en el borde exterior de la zona habitable y probablemente sea demasiado frío para la vida tal como la conocemos. La cantidad de energía (por unidad de área) que el planeta h recibe de su estrella es comparable a la que recibe de nuestro Sol el planeta enano Ceres, situado en el cinturón de asteroides, entre las órbitas de Marte y Júpiter.
Los astrónomos ya habían reconocido con anterioridad un patrón matemático en la frecuencia a la que cada uno de los seis planetas más interiores gira alrededor de su estrella. Este patrón complejo pero predecible, llamado resonancia orbital, se produce cuando los planetas se atraen mutuamente con su gravedad de forma periódica y regular mientras giran alrededor de su estrella. Estas relaciones sugerían que estudiando las velocidades orbitales de sus planetas vecinos, los científicos podrían predecir la velocidad orbital exacta del planeta h y, por tanto, también su periodo orbital, antes de las observaciones con Kepler. Los investigadores calcularon seis posibles periodos resonantes que no perturbarían la estabilidad del sistema, pero sólo uno era posible al tener en cuenta los datos posteriores de Kepler.