El telescopio James Webb analiza la atmósfera de un exoplaneta con un detalle sin precedentes
23/11/2022 de Instituto de Astrofísica de Canarias
El telescopio espacial de la NASA ha conseguido realizar un retrato molecular y químico de los componentes atmosféricos del exoplaneta WASP-39 b, un gigante del tamaño de Saturno que orbita alrededor de una estrella situada a unos 700 años luz. Las observaciones proporcionan un menú completo de átomos y moléculas, así como signos de química activa y nubes. El conjunto de descubrimientos se detalla en una serie de cinco artículos científicos elaborados por una colaboración internacional en la que participa personal investigador del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC).
WASP-39 b es un planeta diferente a todos los de nuestro sistema solar. Se trata de un denominado «Saturno caliente» -un planeta con una masa similar a la de Saturno, pero con una órbita más estrecha que la de Mercurio-, que orbita alrededor de una estrella situada a unos 700 años luz. Este exoplaneta fue uno de los primeros examinados por el telescopio espacial James Webb (JWST) de la NASA cuando empezó a realizar operaciones científicas regulares. Ahora, los resultados obtenidos de estas observaciones han entusiasmado a la comunidad científica dedica al estudio de los exoplanetas.
Los instrumentos extremadamente sensibles del JWST han proporcionado un perfil de los componentes atmosféricos de WASP-39 b y han identificado multitud de elementos y moléculas, como agua, dióxido de azufre, monóxido de carbono, sodio y potasio. Los datos también sugieren la presencia de nubes que podrían estar fragmentadas en lugar de formar un manto único y uniforme sobre el planeta.
Entre las distintas revelaciones se encuentra la primera detección en la atmósfera de un exoplaneta de dióxido de azufre (SO2), una molécula producida por reacciones químicas desencadenadas por la luz de alta energía de la estrella madre del planeta. En la Tierra, la capa protectora de ozono de la atmósfera superior se crea de forma similar. «Es la primera vez que vemos pruebas concretas de la fotoquímica, es decir, reacciones químicas iniciadas por la luz estelar, en los exoplanetas», afirma Shang-Min Tsai, investigador de la Universidad de Oxford y autor principal del artículo que explica el origen del dióxido de azufre en la atmósfera de WASP-39 b.
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