Los orígenes de la Vía Láctea no son lo que parecen
28/7/2017 de Northwestern University / Monthly Notices of the Royal Astronomical Society
En un estudio que es el primero de su clase, un equipo de astrofísicos de la Universidad Northwestern ha descubierto que, en contra de lo asumido habitualmente, hasta la mitad de la materia de nuestra galaxia la Vía Láctea puede proceder de galaxias lejanas. Como resultado, cada uno de nosotros podría estar en parte formado por materia extragaláctica.
Utilizando simulaciones en una supercomputadora, los investigadores han descubierto un modo nuevo, importante e inesperado, de cómo adquirieron su materia las galaxias, incluida nuestra Vía Láctea: por transferencia intergaláctica. Las simulaciones demuestran que las explosiones de supernova expulsan cantidades copiosas de gas de las galaxias, lo que hace que los átomos sean transportados de una galaxia a otra por medio de vientos galácticos potentes. La transferencia intergaláctica es un fenómeno recién identificado, que las simulaciones indican que es fundamental para entender cómo evolucionan las galaxias.
«Dada la cantidad de materia procedente de otras galaxias a partir de la cual podemos habernos formado, podríamos considerarnos viajeros espaciales o inmigrantes extragalácticos», comenta Daniel Anglés-Alcázar (Northwestern University). «Es probable que gran parte de la materia de la Vía Láctea se encontrase en otras galaxias antes de ser expulsada por un potente viento, viajase por el espacio intergaláctico y acabara encontrando su nuevo hogar en la Vía Láctea».
«Lo que este modo nuevo implica es que hasta la mitad de los átomos que hay a nuestro alrededor – incluyendo en el Sistema Solar, en la Tierra y en cada uno de nosotros – procede no de nuestra galaxia sino de otras galaxias, situadas a distancias de hasta un millón de años-luz», explica Claude-André Faucher-Giguère (Northwestern University).