Las colisiones pequeñas causan un gran impacto en la atmósfera de Mercurio
2/10/2017 de NASA / The Astrophysical Journal Letters
Mercurio, nuestro vecino planetario más pequeño, posee muy poca atmósfera, pero exhibe un extraño patrón meteorológico: lluvias matutinas de micrometeoritos.
«Las observaciones de la nave espacial MESSENGER indican la llegada de polvo a Mercurio predominantemente desde direcciones específicas, así que nos propusimos demostrar esto con modelos», explica Petr Pokorný (NASA). Se trata de la primera simulación de impactos de meteoroides sobre Mercurio. «Simulamos meteoroides en el Sistema Solar, particularmente los que tienen su origen en los cometas y les permitimos evolucionar con el tiempo».
Descubrimientos anteriores basados en datos de MESSENGER desvelaron el efecto de los impactos de meteoroides sobre la superficie de Mercurio a lo largo del día en el planeta. La presencia de magnesio y calcio en la exosfera es más alta al amanecer, indicando que los impactos de meteoroides son más frecuentes en la parte del planeta donde esté amaneciendo en ese momento.
Esta asimetría amanecer-ocaso se debe a la combinación entre el largo día de Mercurio, en comparación con su año, y el hecho de que muchos meteoroides del Sistema Solar viajan alrededor del Sol en dirección opuesta a la de los planetas. Debido a que Mercurio rota tan despacio (una vez cada 58 días, comparado con un año de Mercurio, una vuelta completa alrededor del Sol que dura solo 88 días de la Tierra) la parte del planeta donde está amaneciendo pasa un tiempo desproporcionadamente largo en el camino de una de las poblaciones principales de micrometeoroides del sistema solar. Esta población, llamada de meteoroides retrógrados, gira en órbita alrededor del Sol en dirección opuesta a la de los planetas y está compuesta por fragmentos de cometas de largo periodo que se desintegraron. Estos meteoroides retrógrados viajan contra el flujo del tráfico planetario de nuestro sistema solar así que sus colisiones con los planetas – en este caso Mercurio – son mucho más fuertes que si viajaran en la misma dirección.