La radiación de galaxias cercanas ayudó a alimentar los primeros agujeros negros supermasivos
14/3/2017 de Georgia Tech / Nature Astronomy
La aparición de los agujeros negros supermasivos en el amanecer del Universo ha confundido a los astrónomos desde que fueran descubiertos hace más de una década. Un agujero negro supermasivo se piensa que tarda miles de millones de años en crecer, pero han sido detectados más de una docena de estos gigantes a menos de 800 millones de años del Big Bang, que tuvo lugar hace 13800 millones de años.
En nuevas simulaciones por computadora, los investigadores han demostrado que un agujero negro puede crecer rápidamente en el centro de su galaxia si una galaxia cercana emite radiación suficiente como para detener su habilidad de formar estrellas. Con esta discapacidad, la galaxia crece hasta que acaba colapsando, formando un agujero negro que alimenta el gas restante y, más tarde, de polvo, estrellas agonizantes y posiblemente de otros agujeros negros, convirtiéndose en un agujero negro supergigante.
“El colapso de la galaxia y la formación de un agujero negro de un millón de masas solares tarda 100 000 años, un abrir y cerrar de ojos en el tiempo cósmico”, explica Zoltan Haiman (Calumbia University). “Unos pocos millones de años más tarde, ha crecido convirtiéndose en un agujero negro supermasivo con la masa de mil millones de soles. Esto es mucho más rápido de lo que esperábamos”.