¿Ha encontrado Gaia el eslabón perdido en la evolución de los agujeros negros?
24/5/2023 de ESA / Monthly Notices of the Royal Astronomical Society
Messier 4 es el cúmulo globular más cercano a la Tierra. Se encuentra en la constelación de Escorpio, entre Libra y Sagitario. Crédito: T. Roegiers, usando Aladin Lite.
Cuando la nave espacial Gaia de la ESA escaneó la constelación de Escorpio y su antiguo cúmulo globular estelar Messier 4, captó algo extraño: una enorme mancha oscura en el centro del cúmulo, 800 veces más masiva que nuestro Sol.
Es normal que los cúmulos globulares tengan centros oscuros formados por muchas estrellas muertas. Pero la masa en el centro de Messier 4 parece ser diferente: a pesar de ser especialmente grande, parece estar comprimida en un volumen sorprendentemente pequeño.
«Utilizando los últimos datos de Gaia y Hubble, no fue posible distinguir entre una población oscura de remanentes estelares y una única fuente puntual más grande», dice Eduardo Vitral del Instituto de Ciencia del Telescopio Espacial, quien lideró esta investigación. «Entonces una de las posibles teorías es que en lugar de ser muchos objetos oscuros separados, esta masa oscura podría ser un agujero negro de tamaño mediano».
Los astrónomos han estado preguntándose sobre estos «agujeros negros de masa intermedia» durante más de dos décadas, pero aún no se ha encontrado una prueba concluyente de su existencia. La mayoría de los agujeros negros que conocemos son o los remanentes más pequeños de estrellas gigantes (de hasta 100 veces la masa del Sol) o los anclajes centrales supermasivos de galaxias grandes (miles de millones de veces la masa del Sol). Con un peso aproximado de 100 a 1 millón de Soles, los agujeros negros de masa intermedia serían el vínculo entre los dos.
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