El telescopio Kepler captó unas observaciones extraordinarias de los estertores de muerte de una estrella
3/12/2018 de University of California, Santa Cruz / The Astrophysical Journal Letters
La explosión de una estrella en otra galaxia ha sido documentada con precisión sin precedentes gracias al experimento de cosmología con supernovas K2, una de las misiones finales del telescopio espacial Kepler antes de quedarse sin combustible el mes pasado.
Las observaciones de Kepler de una supernova conocida como SN 2018oh muestran un aumento de brillo inesperadamente rápido que podría ser una pista importante para conocer a las estrellas progenitoras de las supernovas de tipo Ia, que los cosmólogos utilizan para estudiar la expansión del Universo y la energía oscura.
La curva de luz de la supernova muestra cómo cambia su luz con el paso del tiempo. Una supernova típica va aumentando progresivamente de brillo durante casi tres semanas y después se va apagando gradualmente. Sin embargo, SN 2018oh aumentó de brillo muy rápidamente justo después de la explosión antes de seguir la progresión normal. Debido esto, unos pocos días después de la explosión, SN 2018oh era casi 3 veces más brillante que una supernova típica. Esto indica que la estrella enana blanca que explotó necesitó de la aportación de materia de una estrella compañera cuyo tipo se desconoce.
Una posibilidad es que la enana blanca tomara material de una estrella como nuestro Sol. Otra es que el exceso de luz fuera emitido por la onda de choque que se produce cuando la explosión de supernova calienta una gran capa de material justo sobre la superficie de la estrella. Determinar cuál de estos dos escenarios es el real ayudaría a los astrónomos a inclinarse por uno de los dos modelos que explican cómo se producen las supernovas de tipo Ia.