Cómo las colisiones diminutas influyen en Mercurio
18/7/2017 de AAS NOVA / The Astrophysical Journal Letters
Si encontrarse con rocas espaciales es desagradable, hacerlo con polvo espacial no es mucho mejor. La superficie llena de cráteres de Mercurio nos habla de miles de millones de años de impactos de meteoroides – pero su delgada atmósfera es lo que revela la historia de sus colisiones con proyectiles más pequeños.
El sistema solar interior está siendo bombardeado por micrometeoroides, partículas diminutas de polvo (con escalas de décimas de milímetro) expulsadas por asteroides y cometas cuando se acercan al Sol. Este polvo no penetra en las capas de la atmósfera de la Tierra, pero el planeta más interno de nuestro Sistema Solar, Mercurio, no posee este amortiguador tan conveniente.
Igual que Mercurio está afectado por los impactos de meteoroides grandes, también se ve afectado por muchos de los impactos de menor tamaño que experimenta. Se piensa que estas colisiones diminutas vaporizan átomos y moléculas de la superficie del planeta, que se disocian rápidamente. Este proceso aporta metales a la exosfera de Mercurio, que es la atmósfera extremadamente tenue del planeta.
La distribución de metales en la exosfera nos proporciona un modo de medir el efecto de los impactos de micrometeoroides sobre Mercurio, pero esto solo funciona si tenemos modelos precisos del proceso. Un equipo de científicos, dirigido por Petr Pokorný (The Catholic University of America y NASA Goddard SFC) proponen que dos poblaciones de meteoroides – cometas de la familia de Júpiter (de periodo corto) y cometas del tipo del Halley (periodo largo) – contribuyen al polvo de la mayoría de los impactos de micrometeoroides en Mercurio. Los autores han creado modelos de la dinámica y evolución de estas dos poblaciones, reproduciendo la distribución de las direcciones desde las cuales chocan los micrometeoroides contra Mercurio a lo largo de su órbita anual.