El telescopio Spitzer revela la cadencia precisa de un baile de agujeros negros
29/4/2020 de NASA / The Astrophysical Journal Letters
Los agujeros negros no se encuentran quietos en el espacio; de hecho, pueden mostrar bastante actividad en sus movimientos. Pero como son completamente oscuros y no pueden ser observados directamente, no son fáciles estudiar. Un equipo de científicos ha conseguido deducir, finalmente, la cadencia de un complicado baile entre dos enormes agujeros negros, revelando detalles escondidos acerca de las características físicas de estos misteriosos objetos cósmicos.
La galaxia OJ 287 alberga uno de los agujeros negros mayores conocidos, con más de 18 mil millones de veces la masa de nuestro Sol. Tiene en órbita otro agujero negro de unos 150 millones de veces la masa del Sol. Dos veces cada 12 años, el agujero negro más pequeño choca contra el enorme disco de gas que rodea a su compañero de mayor tamaño, creando un destello de luz en rayos X más brillante que un billón de estrellas, más incluso que toda la Via Láctea. La luz tarda 3500 millones de años en alcanzar la Tierra.
Un grupo de científicos dirigido por Lankeswar Dey (Instituto Tata de Investigación Básica, Bombay, India), publicó en 2018 un modelo muy detallado que predecía la aparición de estos destellos con una precisión de solo cuatro horas. El pasado 31 de julio de 2019 tuvieron ocasión de comprobar que su predicción había sido correcta.
Para conseguir una precisión tan alta, los investigadores tuvieron que asumir detalles sobre las características físicas del mayor de los agujeros negros. En concreto, el nuevo modelo incorpora lo que se llama el teorema de los agujeros negros «sin pelo», es decir, cuya ‘superficie’ (la frontera a partir de la cual nada, ni la luz, puede escapar) es suave y no irregular.
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