El primo perdedor de LIGO, listo para mejorar la caza de ondas gravitacionales
10/2/2017 de Scientific American
El viaje en coche por el brazo derecho del detector de ondas gravitacionales dura sus buenos diez minutos, una eternidad comparada con los diez microsegundos que tarda la luz láser utilizada para detectar estas arrugas del espacio-tiempo en realizar el mismo trayecto.
Este túnel no es ninguno de los dos, en Washington y Lousiana (USA), que hicieron historia anunciando la primera detección de ondas gravitacionales. Se trata del primo menos conocido, Virgo, un laboratorio de ondas gravitacionales que utiliza un equipo similar y se encuentra en las bucólicas llanuras de la Toscana, cerca de Pisa, en Italia.
Virgo empezó la caza de ondas gravitacionales en 2007. LIGO se puso en marcha en 2002 y realizó su primer descubrimiento (de ondas producidas por la fusión de dos agujeros negros) en septiembre de 2015, anunciado en febrero de 2016. Virgo estaba siendo renovado y se perdió el evento, lo que produjo un silencioso disgusto. «Seamos honestos, serán los americanos los que consigan el Nobel», comenta Luciano Maiani (Università di Roma La Sapienza).
Ahora el renovado ‘Advanced Virgo’ está casi acabado: el laboratorio modernizado será inaugurado el 20 de febrero, aunque tardará algunas semanas más en empezar a hacer ciencia. Juntas, las máquinas LIGO y Virgo realizarán detecciones más detalladas y fiables que LIGO solo. «Estamos felices de tener un instrumento que empieza a regresar a la vida», comenta Bas Swinkels, que coordina el ajuste de Virgo.