El cadáver de una estrella revela pistas sobre la ausencia de polvo estelar
21/12/2018 de University of Arizona / Nature
Todo lo que forma parte de la Tierra, incluso la propia vida, consiste en elementos creados previamente en estrellas, como silicio, carbono, nitrógeno y oxígeno, vertidos al espacio cuando explotaron. Pero también los meteoritos contienen trazas de un tipo de polvo estelar que, hasta ahora, se pensaba que sólo se formaba en fenómenos estelares explosivos violentos conocidos como novas o supernovas, demasiado raros como para explicar las abundancias conservadas en los meteoritos.
Un equipo de investigadores ha utilizado radiotelescopios en Arizona (USA) y España para observar nubes de gas en la joven nebulosa planetaria K4-47, un enigmático objeto situado a unos 15000 años-luz de la Tierra. Los astrónomos piensan que son los restos de una estrella no muy distinta de nuestro Sol que arrojó parte de su material en una burbuja de gas antes de acabar su vida como enana blanca.
Para su sorpresa, los investigadores encontraron que algunos de los elementos que forman parte de la nebulosa (carbono, nitrógeno y oxígeno) están altamente enriquecidos con ciertas variedades que encajan con las abundancias observadas en algunas partículas de meteoritos, pero que son raras en nuestro Sistema Solar: los llamados isótopos pesados de carbono, nitrógeno y oxígeno, o 13C, 15N y 17O, que poseen un neutrón extra en sus núcleos.
«El hecho de que estemos encontrando estos isótopos en K4-47 nos dice que no necesitamos de extrañas estrellas exóticas para explicar su origen. Resulta que en nuestro jardín promedio varias estrellas son capaces de producirlos también», comenta Lucy Ziurys (Universidad de Arizona).