Descubren cómo se alimenta un agujero negro
2/9/2021 de Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) / Monthly Notices of the Royal Astronomical Society (MNRAS)
Los agujeros negros en los centros de las galaxias son los objetos más enigmáticos del Universo, no solo por la gigantesca cantidad de material que albergan, millones de veces la masa de nuestro Sol, sino también por la enorme concentración de este material en un espacio no más grande que el de nuestro Sistema Solar. Cuando capturan el material que se encuentra a su alrededor se vuelven activos y son capaces de eyectar cantidades prodigiosas de energía de su interior, aunque es difícil detectar al agujero negro en el momento de esta captura porque el proceso no es frecuente.
Sin embargo, un trabajo liderado por la investigadora del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), Almudena Prieto, ha descubierto la existencia de unos filamentos de polvo largos y estrechos que envuelven y alimentan los agujeros negros que se encuentran en el centro de las galaxias y que podrían ser la causa natural del oscurecimiento del centro de muchas galaxias cuando sus agujeros negros están activos.
Gracias a imágenes del telescopio espacial Hubble y del Very Large Telescope (VLT), del Observatorio Europeo Austral (ESO), y el Atacama Large Millimetre Array (ALMA), en Chile, los científicos han podido obtener una visualización directa del proceso de alimentación nuclear de un agujero negro en la galaxia NGC 1566 por estos filamentos. Los telescopios combinados muestran una instantánea en la que se observa cómo se separan los filamentos de polvo para dirigirse directamente al centro de la galaxia, donde circulan y giran en espiral alrededor del agujero negro hasta que son tragados por él.
“Esta red de telescopios nos proporciona una perspectiva completamente nueva de un agujero negro supermasivo gracias a las imágenes en alta resolución angular y a la visualización panorámica de su entorno, ya que nos permiten seguir el desvanecimiento de los filamentos de polvo precipitándose en su interior”, explica Almudena Prieto, autora principal del artículo.
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