Voyager 2 ilumina la frontera del espacio interestelar
5/11/2019 de JPL / Nature Astronomy
Hace un año, el 5 de noviembre de 2018, la nave Voyager 2 se convirtió en la segunda nave espacial de la historia que abandonó la heliosfera, la burbuja protectora de partículas y campos magnéticos creada por nuestro Sol. A una distancia de unos 18 mil millones de kilómetros de la Tiera (mucho más allá que la órbita de Plutón) la Voyager 2 había penetrado en el espacio interestelar. Hoy, cinco nuevos artículos de investigación publicados en la revista Nature Astronomy describen lo que los científicos observaron durante y después de este paso histórico de Voyager 2.
Cuando la Voyager 2 salió de la heliosfera el año pasado, los científicos anunciaron un dramático aumento estable en el numero de partículas de alta energía detectadas, confirmando que la sonda había entrado en una nueva región del espacio.
Antes de que la Voyager 1 alcanzara el límite de la helisofera en 2012, los científicos no conocían con exactitud la distancia de esta frontera al Sol. Las dos sondas salieron de la helisofera por lugares distintos y también en momentos diferentes del ciclo solar de 11 años, durante el cual el Sol atraviesa un periodo de actividad alta y otro de actividad baja. Los científicos esperan que el borde de la heliosfera, llamado heliopausa, se desplace con el cambio de actividad del Sol, como un pulmón que se expande y contrae con la respiración. Esto coincide con el hecho de que las dos sondas se encontraran con la heliopausa a diferentes distancias del Sol.
Los nuevos artículos confirman ahora que la sonda Voyager 2 no se encuentra todavía en el tranquilo espacio interestelar. Como su gemela la Voyager 1, la Voyager 2 parece hallarse en una región de transición con perturbaciones, justo más allá de la heliosfera.
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