Un vivero de asteroides alimentado con energía solar en la órbita de Marte
19/10/2017 de Armagh Observatory
El planeta Marte comparte su órbita con un puñado de asteroides pequeños, llamados troyanos. Entre ellos se encuentra un grupo en particular, con todos sus miembros moviéndose en órbitas muy similares, lo que sugiere que se formaron a partir del mismo objeto. Pero el mecanismo que produjo esta «familia» es un misterio. Ahora un equipo internacional de astrónomos piensa que ha identificado al culpable: la luz solar.
Los asteroides troyanos están atrapados dentro de «puertos seguros» gravitacionales situados a 60 grados por delante y por detrás de un planeta. El punto por delante del planeta es L4; el que va detrás del planeta es L5. Marte es el único planeta terrestre que se sabe que tiene compañeros troyanos en órbitas estables. El primer troyano marciano, descubierto hace más de 25 años en L5, fue llamado «Eureka» en referencia a la famosa exclamación del matemático de la Antigua Grecia Arquímedes. Actualmente se conocen solo 10, pero incluso esta muestra relativamente pobre muestra una estructura interesante que no se ha observado en ninguna otra parte.
Eureka tiene a su alrededor otros cuerpos más pequeños, en contraste con otros dos troyanos, (101429) 1998 VF31 en L5 y (121514) y 1999 UJ7 en L4, que carecen de acompañantes. «Estos dos asteroides se encuentran a la misma distancia del Sol y tienen un tamaño similar al de Eureka y a pesar de ello no vemos que se agrupen otros asteroides a su alrededor. Pensamos que esto nos está indicando algo sobre el modo en que las familias de asteroides pueden o no formarse a la distancia al Sol a la que se encuentra Marte», explica el Dr. Apostolos Christou (Armagh Observatory and Planetarium).
Ese «algo»es con mucha probabilidad el fenómeno de la fisión rotacional producida por la luz del Sol que al calentar el asteroide produce un cambio en su rotación (efecto YORP). Esto es lo que acelera el giro de Eureka haciendo que pierda fragmentos que se convierten en asteroides independientes en órbita alrededor del Sol. En cambio, el asteroide 1999 UJ7 gira 20 veces más despacio y parece ser incapaz de producir asteroides nuevos por fisión. En el caso de 1998 VF31, el otro troyano en L5, aunque su giro es suficiente para la fisión, se ha comprobado que se encuentra cerca de una «escotilla de escape» dinámica que permite que los fragmentos que se rompen de él escapen en sólo 200 o 300 millones de años, como si se tratase de agua en un lavabo sin tapón, lo que explica que tampoco tenga una familia a su alrededor.