Un estallido de rayos gamma monstruoso en nuestra vecindad cósmica
22/11/2013 de Niels Bohr Institute / Science
Los estallidos de rayos gamma son violentas erupciones de radiación gamma asociadas a la explosión de estrellas masivas. Por primera vez, investigadores del Instituto Niels Bohr, entre otros, han observado un estallido de rayos gamma inusualmente potente en el universo relativamente cercano. Los resultados han sido publicados en la revista científica Science.
Cuando los astrónomos observan estallidos de rayos gamma nunca observan la estrella original. Es demasiado débil para ser vista a distancia en el universo. Pero cuando la estrella muere, pueden ver la estrella explotando como una supernova. Cuando la estrella explota como supernova se puede producir una violenta erupción de radiación gamma. La erupción es muy corta y recibe el nombre de estallido de rayos gamma. Los estallidos de rayos gamma son extremadamente brillante y pueden observarse a través del universo entero, pero no pueden observarse desde telescopios en Tierra, pues la atmósfera de la Tierra absorbe la radiación gamma.
El satélite Swift, lanzado en 2004, monitoriza el espacio y descubre unos 100 estallidos de rayos gamma cada año. Los estallidos de rayos gamma son, pues, algo común, pero en abril observaron algo bastante inusual. «De repente vimos un estallido de rayos gamma que era extremadamente brillante, un estallido de rayos gamma monstruoso. Se trata de uno de los estallidos de rayos gamma más potentes que jamás hayamos observado con el telescopio Swift», explica el astrofísico Daniele Malesani, del Dark Cosmology Centre en el Niels Bohr Institute de la Universidad de Copenhagen.
«Hemos descubierto que se trata de una estrella gigante con masa entre 20 y 30 veces la del Sol, y girando extremadamente rápido. Pero su tamaño es sólo entre 3 y 4 veces el del Sol, por lo que es extremadamente compacta», explica Malesani. También han localizado la estrella en una galaxia del universo relativamente cercano. El estallido de rayos gamma explotó cuando el Universo tenía 9900 millones de años de edad, y ha tardado 3750 millones de años en alcanzarnos aquí en la Tierra, en nuestra Galaxia, la Vía Láctea.