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Solo unos pocos cientos de millones de años después del Big Bang, el cosmos estaba lleno de gas de hidrógeno opaco que atrapaba la luz en ciertas longitudes de onda proveniente de estrellas y galaxias. A lo largo del primer millar de millones de años, el gas se volvió completamente transparente, permitiendo que la luz viajara libremente. Los investigadores han buscado durante mucho tiempo pruebas definitivas para explicar este cambio.
Las leyes de la física deben haber sido diferentes al inicio del universo a como son en la actualidad, según un asombroso estudio realizado por astrónomos de la Universidad de Florida, que proporciona pistas sobre por qué las estrellas, los planetas y la vida misma lograron formarse en el universo.
Entre ellas, el equipo descubrió LAMOST J1010+2358 con una composición química que coincide con la huella esperada de estrellas de primera generación. Esta es la traza más clara de estrellas de primera generación muy masivas encontrada hasta la fecha y respalda firmemente la teoría de que las estrellas con una masa superior a 140 veces la del Sol se formaron en el Universo temprano.
Los datos espectroscópicos del JWST sugieren que el gas interestelar oscurecido en SPT0418-47 está enriquecido en elementos pesados, lo que indica que generaciones de estrellas han vivido y muerto ya.
Estas estrellas brillantes y masivas emitieron torrentes de luz ultravioleta, que transformaron el gas circundante de opaco a transparente al ionizar los átomos y eliminar electrones de sus núcleos. Dado que estas galaxias tempranas tenían una gran población de estrellas calientes y masivas, podrían haber sido el principal impulsor del proceso de reionización. La posterior reunión de electrones y núcleos produce líneas de emisión distintivamente fuertes.
Un equipo de investigación internacional liderado por astrofísicos de UCLA ha confirmado la existencia de la galaxia más débil jamás vista en el universo temprano.
Astrofísicos de la Universidad Hebrea de Jerusalén han publicado un nuevo modelo teórico que resuelve el misterio de la formación de galaxias masivas tempranas en el universo. Los hallazgos explican de manera natural las observaciones recientes realizadas con el Telescopio Espacial James Webb (JWST), que revelaron un exceso sorprendente de galaxias masivas en el universo temprano, ya en los primeros quinientos millones de años después del Big Bang, en contraposición a la teoría comúnmente aceptada.
Un equipo de investigadores liderado por científicos de Edimburgo ha realizado un descubrimiento significativo sobre una antigua galaxia conocida como GS-9209. Esta galaxia, formada aproximadamente entre 600 y 800 millones de años después del Big Bang, es la más antigua de su tipo encontrada hasta la fecha.
Los primeros resultados del Telescopio Espacial James Webb han insinuado la existencia de galaxias tan tempranas y masivas que entran en conflicto con nuestra comprensión de la formación de estructuras en el Universo. Se han propuesto varias explicaciones que podrían aliviar esta tensión. Pero ahora, un nuevo estudio del Cosmic Dawn Center sugiere un efecto que nunca antes se había estudiado en épocas tan tempranas, lo que indica que las galaxias podrían ser aún más masivas.
Un equipo internacional de científicos ha confirmado que las alineaciones intrínsecas de las galaxias poseen características que les permiten ser una potente herramienta para el estudio de la materia y la energía oscuras a escalas cosmológica.
Ahora, un equipo de astrónomos, dirigidos por Haojing Yan (Universidad de Missouri) ha encontrado indicios de que estas galaxias con aspecto de puntos, podrían ser en realidad supernovas en otras galaxias distintas a la Vía Láctea. Encontraron que estas fuentes se ajustaban bien a uno o los dos modelos de supernova Tipo Ia y Tipo II.
Utilizando el Very Large Telescope (VLT) de ESO, un equipo de investigadoras e investigadores ha detectado, por primera vez, las huellas dejadas por la explosión de las primeras estrellas del universo. Han detectado tres nubes de gas distantes cuya composición química coincide con lo que esperamos de las primeras explosiones estelares. Estos hallazgos nos ayudan a comprender un poco más acerca de la naturaleza de las primeras estrellas que se formaron después del Big Bang.