Se detecta una lejana colisión estelar con el brillo de los metales preciosos
2/9/2019 de Instituto de Astrofisica de Andalucía / Monthly Notices of the Royal Astronomical Society
Se halla, en los datos de una explosión de rayos gamma de 2016, una firma que coincide con la explosión productora de oro y platino observada en luz y ondas gravitatorias en 2017. Se confirma así que los elementos pesados se producen en las kilonovas, estallidos que resultan de la fusión de dos objetos muy compactos, como estrellas de neutrones o agujeros negros
El 17 de agosto de 2017 se anunciaba la primera observación de un evento cósmico en luz y en ondas gravitatorias: la fusión de dos estrellas de neutrones inauguraba una nueva era en la observación del universo y, además, proporcionaba la primera evidencia de que los elementos pesados, como el oro, el platino o el uranio, se producen en estos fenómenos. Ahora, un equipo internacional de astrónomos, con participación del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC), difunde el hallazgo de un evento similar en 2016 que había pasado desapercibido.
Las estrellas de neutrones son objetos muy compactos y de rápida rotación que surgen cuando una estrella muy masiva expulsa su envoltura en una explosión de supernova. Las predicciones indicaban que una fusión de estrellas de neutrones produciría un estallido corto de rayos gamma (GRB), ondas gravitatorias y una kilonova, un fenómeno similar a las supernovas pero cuya energía procede en parte del decaimiento de especies radiactivas y que produce grandes cantidades de elementos pesados –de hecho, se cree que la mayor parte del oro y el platino en la Tierra se formaron como resultado de antiguas kilonovas–.
A partir de los datos del evento de 2017, detectado por primera vez por el instrumento LIGO, los astrónomos comenzaron a ajustar sus suposiciones sobre cómo debería aparecer una kilonova ante un observador terrestre. Un equipo dirigido por Eleonora Troja, de la Universidad de Maryland, reexaminó los datos de un estallido de rayos gamma detectado en agosto de 2016 y halló evidencias de una kilonova que pasó desapercibida durante las observaciones iniciales.
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