Mientras el Voyager 1 explora el espacio interestelar, sus medidas de densidad están haciendo olas
12/5/2021 de JPL / Nature Astronomy
En la escasa colección de átomos que llenan el espacio interestelar, Voyager 1 ha medido varias series largas de ondas donde antes solo había detectado emisiones esporádicas.
Si la heliosfera (la burbuja magnética que produce nuestro Sol) fuera un barco que navega por las aguas interestelares, la nave Voyager 1 sería como una balsa que ha sido botada al mar para determinar las corrientes. Por ahora, toda la agitación que siente es debida principalmente a nuestra heliosfera. Pero más lejos sentirá las sacudidas de fuentes a mayor profundidad en el cosmos. Al final, la presencia de nuestra heliosfera desaparecerá de sus medidas completamente. «Tenemos algunas ideas acerca de lo lejos que necesitará llegar antes de empezar a a ver aguas interestelares más puras, por así decir», explica Stella Ocker (Cornell University). «Pero no estamos completamente seguros acerca de cuándo alcanzaremos ese punto».
Ocker ha publicado un estudio nuevo en el que anuncia lo que podría ser la primera medida continua de la densidad de materia en el espacio interestelar. «Esta detección nos ofrece un nuevo modo de medir la densidad del espacio interestelar y nos abre un camino alternativo para explorar la estructura del medio interestelar más cercano», comenta Ocker.
Como el océano, el medio interestelar (el material disperso entre las estrellas de la galaxia) está lleno de ondas turbulentas. La más grande es debida a la rotación de nuestra galaxia, otras más pequeñas son causadas por las explosiones de supernovas, y las más pequeñas son ondulaciones habitualmente producidas por las ondas de choque creadas por las erupciones de nuestro propio Sol. Todas estas ondas chocan entre sí, desvelando datos acerca de la densidad del medio interestelar que nos permiten averiguar cómo se forman las estrellas o cuál es nuestra posición en la galaxia.
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